Ciudad del Eterno Sol
Por: J. Miguel Vargas Rosas Aunque ahora esté afectada por los desastres naturales, debido a las intensas lluvias, Piura (la ciudad del eterno sol), tiene una calidez muy simpática. Las infraestructuras de sus iglesias, sus parques bajo la sombra de grandes árboles y las calles estrechas por donde discurre la mayoría de su población, hacen de este lugar un sitio tropical divertido. También existen los barrios abarrotados de negocios y tiendas. El río que corre apacible con un color verdusco encantador, contagia su sosiego e incita a meditar. La humedad que impera en su clima, lo asemeja a la selva peruana. Las playas la rodean prácticamente y casi afueras de la ciudad misma, el desierto de Sechura se extiende, inmenso e imponente. El balneario de Punta Sal, a más de tres horas de la ciudad de Piura, expone un mar bello y bien conservado, repleto de turistas, pero siempre hay un rincón donde el alma solitaria puede pararse a meditar y tomar inspiración. Máncora es un