Pinceladas sobre el "espinazo" poético de Mayakovsky
Por: J. Miguel Vargas Rosas Era un 14 de abril de 1930. La carta estaba escrita, el poeta sumergido en soledad y en una depresión para muchos incomprensible. Su amor propio y su amor por la mujer, estrellados hasta hacerse trizas. Iosif Stalin dirigía la URSS y desde inicios de la revolución soviética, los bolcheviques se mostraron amantes del arte, impulsándolo en todo momento. Vladimir Mayakovsky llevó el caño de su revólver al pecho, a la altura del corazón, sobre la camisa; haló el gatillo, su cuerpo se remeció sobre el camastro donde se encontraba recostado y tras el estruendo, volvió el silencio ensordecedor. Tenía 37 años de edad cuando decidió ponerle fin a su existencia. Vallejo, poco después de aquel suicidio, criticaría ácidamente al joven poeta, que había militado para la Socialdemocracia rusa durante el zarismo y que luego se había puesto al servicio del gobierno bolchevique. Compartimos con el vate peruano sobre la lucha interna que había desatado en Mayak