Redes
Escrito por: J. Miguel Vargas Rosas « Tal vez existan niños que aún no han comido carne de hombre » Lu Sin Roger observó a Agatha quitarse la ropa con sensualidad. Los senos se le agitaron; el rosa de sus pezones pareció encenderse aún más y el cuerpo esbelto se movía como una sierpe hipnotizadora. — Hagamos el amor —le susurró ella, moviendo ligeramente la cadera y cruzando las piernas— Ven, Roger… Hagamos el amor. El vientre desnudo de Agatha le provocó una erección incontrolable. Ella delineó una sonrisa malévola y él la imitó henchido de un morbo creciente. No obstante, al ver los pies desnudos de la mujer, a Roger le volvió a cegar la ira, porque ahí, en el suelo, yacían sus dos hijos tiesos y pálidos sobre un charco de sangre. — Pero qué has hecho —le increpó con la voz quebrada, reculando algunos pasos— ¡Qué has hecho! —los ojos se le anegaron de lágrimas. — Solo estorbaban —sonrió la mujer al responder— Ahora somos tú y yo nuevamente, en