El tiempo: ¿factor relativo en la educación?
Por: J. Miguel Vargas En algunos años de experiencia como docente, conocí la gran batalla librada entre las instituciones educativas particulares por el tiempo de impartir clases o por lo menos, la cantidad de tiempo de estadía de los estudiantes en sus ambientes. La mayoría de las directivas de dichas instituciones tenía como principio que, detener a los estudiantes mayor tiempo en las aulas, era productivo. No obstante, me atrevería asegurar que ese principio —es decir, el aumento solo de las horas o del tiempo escolar en las instituciones— es uno netamente de negocios que en nada ayuda al aprendizaje del estudiante o al proceso enseñanza-aprendizaje en el aula. Sometidos a esta regla artificial, algunos colegios mantenían a sus estudiantes desde las 7:00 a.m. hasta las 4:30 p.m. dentro de sus infraestructuras. Einstein ya había planteado el siguiente ejemplo poco científico en su «Teoría de la relatividad»: el tiempo parece alargarse cuando se espera a la mujer amada y