El elemento cultura en la educación (Parte I)
Por: J. Miguel Vargas Rosas El educador al ingresar a un nuevo centro de labores —esta vez nos centraremos en el nivel secundario— puede desde el primer momento descubrir rasgos de la cultura y la formación personal en sus futuros estudiantes o pupilos. Al dirigir una ligera mirada de extremo a extremo en el salón de clases, el profesor descubre con suma facilidad al pícaro de la clase, al sereno, al que opone barreras frente al aprendizaje, al tímido, al que sirve de broma de todos, al bravo del aula, etc. Si sigue analizando con la mirada otros detalles, los datos obtenidos le llevarían a deducir el ambiente en el que viven, en el carácter de sus padres, sus amigos del barrio, si trabaja o no, si trasnocha o no, etc. A partir de ahí podemos concluir que los estudiantes de un mismo aula tienen culturas e idiosincrasias diferentes; más aún, entre las distintas aulas la cultura y la psicología forjada en los estudiantes distan mucho entre sí. Si lo llevamos a un análisis más