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Mostrando entradas de 2022

Vallejo para no iniciados II de Julio Carmona, a propósito del centenario de Trilce.

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  Escrito por J. Miguel Vargas Rosas      Hablar de Trilce, manifiestan muchos, es hablar de «uno de los desafíos intelectuales y emocionales más intensos que se ha creado en la lengua española», a tal extremo que algunos —sin querer tal vez— han desmerecido el contenido profundo que lleva intrínsecamente esta obra poética al señalar que se trata de una rebeldía solo gramatical acometida por su autor, el peruano (y ya universal) César Vallejo, con el fin de inventarse un nuevo lenguaje.       Julio Carmona, crítico literario y poeta, nos acerca a esta enigmática obra que, dicho sea de paso, cumple cien años desde su primera edición; cien años que precisamente motivaron a Carmona a publicar «Vallejo para no Iniciados II, una lectura de Trilce» este 2022 que termina ya. Partamos de que Carmona tiene una acepción marxista en cuanto a la literatura, lo cual lo hace más cercano al pensamiento de nuestro vate universal y de esta manera no solo interpreta los poemas contenidos en la obra, sin

El sueño del pongo, recopilado por José María Arguedas

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1 Un hombrecito se encaminó a la casa-hacienda de su patrón. Como era siervo iba a cumplir el turno de pongo, de sirviente en la gran residencia. Era pequeño, de cuerpo miserable, de ánimo débil, todo lamentable; sus ropas, viejas. El gran señor, patrón de la hacienda, no pudo contener la risa cuando el hombrecito lo saludó en el corredor de la residencia. —¿Eres gente u otra cosa? —le preguntó delante de todos los hombres y mujeres que estaban de servicio. Humillándose, el pongo no contestó. Atemorizado, con los ojos helados, se quedó de pie. —¡A ver! —dijo el patrón—, por lo menos sabrá lavar ollas, siquiera podrá manejar la escoba, con esas manos que parece que no son nada. ¡Llévate esta inmundicia! —ordenó al mandón de la hacienda. Arrodillándose, el pongo le besó las manos al patrón y, todo agachado, siguió al mandón hasta la cocina. El hombrecito tenía el cuerpo pequeño, sus fuerzas eran sin embargo como las de un hombre común. Todo cuanto le ordenaban hacer lo hacía bien. Pero h

2 POEMAS DE MANUEL SCORZA

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VIENTO DEL OLVIDO  Como a todas las muchachas del mundo, también a Ella, tejiéronla con sus sueños, los hombres que la amaban. Y yo la amaba. Pudo ser para otros un rostro que el Viento del Olvido borra a cada instante. Pudo ser, pero yo la amaba. Yo veía las cosas más sencillas volverse misteriosas cuando Ella las tocaba. Porque las estrellas de la noche ¡Ella con su mano las sembraba! Los días de esmeralda, los pájaros tranquilos, los rocíos azules, ¡Ella los creaba! Yo me emocionaba con sólo verla pisar la hierba. ¡Ah si tus ojos me miraran todavía! Esta noche no tendría tanta noche. Esta noche la lluvia caería sin mojarme. Porque la lluvia no empapa a los que se pierden en el bosque de sus sueños relucientes, y sus días no terminan y son sus noches transparentes. ¿Dónde estás ahora? ¿En qué ciudad, en qué penumbra, en cuál bosque te desconocen las luciérnagas? Tal vez mientras escribo, estás en un suburbio, sola, inerme, abandonada… ¡Abandonada, no! En tu ausencia mi corazón todas

3 POEMAS DE J. M. VARGAS ROSAS

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 CINCO  Aves que surcan el inmenso cielo hacia el horizonte malva; peregrinos del tiempo nos disolvemos en la ignota alba.  Solo tú, hierática, blanca, impoluta,  detienes por un instante, en una hoja,  el tiempo como a una angustiosa gota.  Pero, la relatividad que hondea en la luna  colinda  con la relatividad de tu mirada nocturna.  Y al final de cada noche gélida  aves surcan el inmenso cielo hasta perderse en el horizonte malva y peregrinos del tiempo, nos disolveremos en la ignota alba.  NUEVE  Para R.A.  Aún, mujer de sol y de lluvia, no te das cuenta  del mundo que creas en este mini-mundo de sueños muertos  de los sueños que retornan, en tu voz, desde los submundos  de las noches glorificadas en tus manos blancas  de tus labios ribeteados de estrellas y algodones. Aún, amor, no te das cuenta  de los ríos que renacen en tus miradas  y cómo va retoñando la vida silvestre   borrando la oscuridad de las marañas  y cómo detienes el tic-tac en mis pupilas  y renace el tiempo y la vi

«Desde la memoria», un espacio «romántico» en medio de las adversidades de la guerra interna del Perú

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      Escribe: J. Miguel Vargas Rosas        Manuel Marcazzolo ha lanzado, recientemente, el libro de cuentos “Desde la memoria” en la que, obviando las nimias fallas de editorial, nos sumerge al tema aún palpitante de la guerra interna acaecida en el Perú desde 1980, desde una óptica distinta a la común de muchos otros escritores. La visión del autor se aparta de lo tolstoyano para ceñirse a lo dostoyevskiano con una pizca de romanticismo edulcorado, por lo que se advierte también una prosa poética.         Marcazzolo no se centra en el conflicto bélico propiamente dicho, sino en el postconflicto. Sus personajes, cargados de evocaciones, regresan a la sociedad en búsqueda de reinsertarse, afrontando las avasallantes “evoluciones” que son presentadas como francas involuciones sociales. De ahí que el autor recurra al romanticismo, para hacer que cada personaje recuerde: los episodios carcelarios, que son los más frecuentes, y también algunos ribetes de la “lucha armada”.      Hay que pu

Manuel Scorza y el legado de La guerra silenciosa

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 Escribe: J. Miguel Vargas Rosas « Yo nací en Lima, en la Maternidad, ese hospital para la gente en donde actualmente las madres parturientas se hacinan hasta el horror. Está ubicada, me acuerdo bien, en la cuadra catorce del jirón Miró Quesada»; relata el propio Manuel Scorza en una entrevista que le hicieran Gregorio Martínez y Roland Forgues; testimonio que finalmente es añadido en 1986 a una colección de poemas del escritor peruano.  Efectivamente, Scorza nace el 9 de setiembre de 1928 en Lima. De padre obrero, pronto se interesa en la vida política del país, que lo lleva a militar en el APRA con el cual, años después, rompe públicamente a través de un texto epistolar titulado: « Good bye, míster Haya» , a quien tilda de entreguista. Asumiendo el marxismo como pensamiento político, Scorza empieza también su vida literaria que lo consagraría como uno de los mayores narradores de la generación del 50. Aunque encasillado en el nombre neoindigenista, se ciñe sobre él un manto de indif

La ironía de Bertolt Brecht: Poesía que se sobrepone al dolor.

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      Escribe: J. Miguel Vargas Rosas         Tal como señalara Cecilia Dreymüller:  «Cuando se piensa en Brecht no se le evoca como poeta, al menos, no en primer lugar. Se le conoce como el autor dramático por excelencia del siglo XX, el genial artífice y teórico del teatro didáctico y musical. Sin embargo, como poeta no fue menos prodigioso, ni menos prolífico. Más de dos mil poemas de todas las formas y estilos, desde la insolencia de las canciones para guitarra de 1918, pasando por el antisentimentalismo de los poemas de amor (…)». (Dreymüller, C. Buenos tiempos para la lírica. El país, 23 de julio del 2004)       Y es que precisamente la lírica de Brecht es relegada por sus composiciones dramáticas muy sentidas y profundas que buscaban reflejar la crisis del capitalismo, pues se ceñían a su ideología marxista. No obstante, si echamos una ojeada a los versos de Bertolt Brecht, respetando la cronología de los mismos, veremos que tuvo etapas diferentes, desde lo existencial, pasando

La escuela es un arma a secas…

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 Escribe: J. Miguel Vargas Rosas Debo empezar mostrando mis respetos a la memoria del gran maestro Carlos Castillo Ríos, cuya obra cumbre Los niños del Perú calaron en mí de una forma estremecedora y a la vez humana. Esta vez, nos toca comentar sobre su artículo titulado La escuela, arma secreta contra la subversión, y señalar que compartimos en un 99% lo que se plantea en dicho texto, pues las Fuerzas Militares de los años 80’s so-pretexto de combatir la subversión, decidieron posesionarse no solo de la escuela, sino también de la universidad peruana.  Castillo Ríos argumenta, en una parte de dicho texto, lo siguiente:  «(…) Y aquí está el quid de la cuestión. Sendero Luminoso pues, según esta tesis (la de las fuerzas armadas y el gobierno de turno), existe merced a la acción de profesores de Ayacucho, quienes ideologizaron a alumnos de la universidad y de un colegio, para que, ya graduados, vayan a las zonas rurales a distorsionar la mente de los niños y adolescentes. En breve: el o

Sábado

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Escrito por: J. Miguel Vargas Rosas Pintura: Mina Glez  Es sábado, quiero hablar de las hojas marchitas,  de la lluvia sobre el tejado  de la tristeza arrastrando sus cadenas por las calles  del pésimo grafiti en nuestras almas y de esta casa sola  bajo los orfanatos y los inframundos,  del dolor que golpea como pugilista  y es el mismo golpe en el pecho  del mendigo,  del paria, de la nada.  Es sábado, quiero hablar de mi rostro olvidado en el espejo  de los niños que se enfangan los rostros para no padecer la amnesia  y de los monstruos que ya no están bajo la cama. 

La barca ausente

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 Escrito por: J. Miguel Vargas Rosas Pintura: Mina Glez.  I Ahora invades mi isla baldía  sin faros ni barcos  y tu nombre lo menciona, obsesivo, mi trastorno bipolar porque soy el monstruo que te acosó sin piedad que te dañó sin remilgos, el ogro malvado  que ya no buscas ni buscarás más;  y no,  mi marea se aquieta de día  para suplicar tu perdón  y aún sigo siendo el de dos cabezas que se masacra en su soledad.  Te ahogas en la marea,  mas tu imagen sobrevive  y mi isla baldía de trastorno bipolar te necesita, aunque sabe que ya no estarás  ni debes estar jamás.  II Mi dolor es solo mío,  tu dolor es mío,  y en la oscuridad crecen mis monstruosidades como castigo  que me cercenan en las heces de esta involuntaria maldad y este dolor, empapado  de amor está y mi perdón viaja estancias vastas y olvidadas buscando alcanzarte, aunque ya no estarás así me despelleje el cuerpo  o el TB mi corazón fulmine y pida a gritos: “vuelve a mi isla sin faros ni barcos” aunque sé que debes ausentart

Diario 2: Lo no dicho

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    Ayer me puse a contemplar un álbum de fotos y muchos recuerdos se agolparon  de manera nítida  en mi memoria. El recuerdo que más me impacta es aquel cuando oí a mis abuelos hablar sobre la muerte; sobre sus muertes y el cómo querían descansar después de esta vida. Ambos habían escogido un lado del sepulcro. Yo tenía apenas 07 años de edad; jamás les dije lo que sentía al escucharlos hablar de eso o lo que conmovía el solo pensar en esas posibles muertes. Es más, debido a mi limitada expresión de emociones y sentimientos a través de los movimientos corporales, creo no haberles dicho un "Te amo" o un "Te quiero", pero los amaba como a nada en el mundo. Perdí oportunidades en las que podía abrazarlos con calidez y cortesía, pues puedo entender que un abrazo transmite muchas cosas: protección, amor, respeto, cariño o incluso una traición. Y hoy, me pesa.       Siento, al recordar, una especie de nudo en la garganta, algo que fastidia y que proviene desde lo más hon

Brujas

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   Escrito por: J. Miguel Vargas Rosas          El cuerpo arde tipo antorcha en medio del bosque. La hoguera donde se carboniza tiene el nombre de Dios, los símbolos de Dios, la noche lúgubre de Dios y ella es una bruja o así le llaman desde hace varias semanas atrás.       — ¡Arderán así las pecaminosas!, ¡las que no sigan los designios de Dios! —exclama un fraile, antorcha en mano, recorriendo con la mirada a los presentes que forman media luna y ven consumirse a la «bruja» que hace solo unos minutos dejó de gritar.      — ¡Muerte a las brujas!      — ¡Muerte al demonio y sus pecados!       La turba enardecida levanta los puños, las hachas, vociferan palabras que ya no alcanzo a percibir. Mi mente, mis ojos, mi olfato, se centran en el cuerpo maniatado en el tronco de madera. Su sonrisa dócil se ha convertido en una mácula tiznada y su piel entera se ha diluido, evaporándose en la magia de sus ojos inexistentes.  El fraile voltea en su propio lugar. Junto a él se encuentran también u

Diario 1: Rareza y normalidad

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    Siempre fui raro o es lo que suele decir la gente, la cual me ve como una especie extraña dentro del subgrupo humano y a una parte incluso les fastidia mi silencio con la que suelo observar ciertos detalles de la conducta humana o de la sociedad. Lo cierto es que hasta ahora no he podido comprender qué es ser normal; no sé si lo es destrozar una planta en su hábitat, mentir constantemente como suele hacerlo la mayoría debido a múltiples razones que son más justificaciones o excusas para dizque no dañar a nadie, o normal implica hacer la guerra constante, enojarse frecuentemente, traicionar, traicionarse o perderse en aquello que Dante Alighieri llamó la "Selva oscura". Las personas piensan que por mi constante silencio, no siento, pero todo alma es frágil y se duele con comentarios como esos. Muchas veces he deseado ser normal, pero no entiendo qué es ser normal, hablar de cosas triviales o insulsas pese a que nadie te habla o a nadie le interesa, pero que fingen interés.

Versos a Don Quijote

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  Escritor por J. Miguel Vargas Rosas A Miguel Vargas, mi padre.  Aprendí de ti, viejo barbudo y loco,  que el amor nos ciega que se ama sin cuerpo ni piel  solo en ensueños  que aunque ahora venza el desamor  más vale perderse en la fragancia  del idílico amor  que hacen falta andantes  que es necesario pelear con gigantes.  Aprendí de ti, viejo barbudo y loco  que habrá una Dulcinea encantada y es posible vivir entre sueños  y morir por vivir sin dueños,  sin necesidad de despertar jamás ni abandonar al gordo Sancho que si los perros ladran no es porque muerdan  ni porque son mastines de colmillos dinosáuricos  sino porque entre sueños y colmados de ellos  vamos avanzando.  

«El círculo de la muerte» como denuncia obvia contra el sistema

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Escrito por J. Miguel Vargas Rosas  … Promedio Diario de Suicidios:  Por amor ………………. ……….. 3 Por falta de recursos…………….. 5 Por robo ………………………… 1 Por causas desconocidas………… 2   Se describe en aquel cuento que a simple lectura puede parecer absurdo y cargado de un contenido morboso, escrito por Abraham Valdelomar (El conde de Lemos). No obstante, se constituye en una crítica despiadada contra el sistema capitalista, quizá sin que el propio Valdelomar se diera cuenta.  Se constituye en un golpe contra el corazón del sistema imperante.  Sin lugar a dudas, nos enumera las causas de suicidio diario dentro de la sociedad o el sistema actual y se enfatiza que “por falta de recursos” es el motivo más utilizado por la mayoría de suicidas, seguido de “por amor” y después “por causas desconocidas”. Si bien, debemos tomar la historia y los datos de esta, como parte de la ficción literaria, hay una inclinación política del autor en la que nos alcanza su crítica ácida.  Por un lado, el siste

El lobo rojo y la caperucita feroz

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 Escrito por J. Miguel Vargas Rosas Sé que mi historia será difícil de creer.  Es cierto, devoré a esa niña de caperuza, pero no fue porque me guste comer. Era muy pequeño cuando todo aconteció. El abuelo de aquella niña, a nuestra caravana llegó. Mamá aulló y el hombre aquel, sin piedad contra mi padre disparó. Esto permitió a mamá huir por entre las alturas junto a nosotros que no dejamos de oír su llanto conjugado con el silbido del viento  helado.  Años más tarde, el padre de la niña hasta nuestro espacio arribó. Escopeta en mano, fingió  entre el rebaño marchar. Yo jugaba con mis hermanos, apartados de mamá, cuando de pronto su aullido entrecortado logramos escuchar. Al buscarla, ella ya solo era ausencia. Y las persecuciones por parte de la familia de aquella niña, se realizaban con mayor frecuencia.  Logramos escapar, mis hermanos y yo de la civilización y a una manada de lobos, llegamos, donde nos contó el anciano guía, que los hombres mataban a sus coetáneos, para después, sin

Comentarios sobre "Confieso que he vivido" de Neruda

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Escrito por J. Miguel Vargas Rosas            Pablo Neruda resulta por ratos admirable, por otros ratos causa hilaridad y en otros le brota sin que él lo anticipe su lado narcisista y pedante. Sin duda podríamos decir que fue un marxista en política a secas, pero no asumió el marxismo como parte de su vida, tal cual lo hicieran otros poetas, entre los que sobresale César Vallejo. Todo esto reflejado en su libro “Confieso que he vivido”, en el cual es inevitable destacar su lirismo poético como parte de la cotidianidad, y que nos muestra a un escritor que ha hecho de la poesía su forma de expresión, de vivir, de morir. El Neruda narcisista se deja entrever cuando el autor muestra su don de seductor innato para con las mujeres y lo hace de manera tan frecuente que a veces resulta motivo de burla por parte del lector, además de que se toma la autoridad de calificar y clasificar a las mujeres en “bellas” y “feas”, lo cual lo conduce a un espíritu tan superfluo brotado precisamente del na