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Mostrando entradas de 2019

ELEANOR Y PARK

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      Por: J. Miguel Vargas Rosas      - A eso se le llama literatura light       - Ah ¿sí?, yo pensaba que le llamaban chatarra…       Sonreímos. Es de noche y aunque parece que nos mofamos de la novela “Eleanor y Park” , en mis audífonos suena “ There is a light that never goes out” de The Smiths , que busqué tras leer el libro.                La noche es hermosa.         - La protagonista me recuerda a ti…         - Ah ¿sí?, ¿por qué?         - Viste como varón y quiere hacerse la ruda, la fría, la que no siente ni quiere enamorarse.         - Yo no me visto como varón…         - Pero eres tosca como varón…         - Tampoco lo soy…         - Golpearme con el mazo de tu bombo, con el cuaderno y otras cosas más.         La niña pequeña no sabe qué hacer. Se siente incómoda, como casi siempre que la molesto. Aunque es cierto que “Eleanor y Park” es una novela ligera, de un solo sentido y con un mensaje netamente literal, que no imbuye al lector a realizar inferencias

Tarareando "Flor de Retama" de Marco Cárdenas...

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    Por: J. Miguel Vargas Rosas   Lenguaje fluido, destreza en la escritura y fuerte influencia de la narrativa Arguediana. Sus personajes están alimentados por aquella personalidad sencilla de los habitantes de la sierra ayacuchana, cuyas vidas se ven truncadas de golpe por la tragedia social a donde son arrojados los campesinos, quienes arrostran la pobreza en los andes. Sin embargo, la tragedia entretejida aquí trasunta los límites de la realidad, buscando que la situación paupérrima en la que se sumerge el hombre del campo en la gran ciudad y la desnaturalización a la que conduce la corrupción social y tecnológica, sea asimilado por el lector de forma aterradora; para lo cual utiliza una especie de hipérbole en la construcción de las historias. Esto se refleja sobre todo en “Cuento para Jacinto” , donde plasma una teoría demasiado oscura, alimentándose de planteamientos tan fatalistas como lo hace la literatura Vargasviliana en “La simiente” , pues un padre terminará asesinand

Murmurando "De la ternura y la guerra"

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        Por: J. Miguel Vargas Rosas       Me es complicado escribir ahora que llevo ya buen tiempo sin emitir opiniones sobre mis lecturas o sobre literatura en general, como me es complicado ubicar a Oscar Gilbonio y su “De la Ternura y la Guerra” en lo romántico, aunque sus relatos entretejidos con técnicas modernas y lenguaje cándido lo conducen a mostrar un matiz de sentimientos que siempre conllevan a la nostalgia poética propia del romanticismo. Es decir, Gilbonio no se desprende de ese pasado, se aferra a este como una etapa muy arraigada en su espíritu y no es para menos, ya que participó de forma directa, tal como le es difícil desprenderse de ese pasado al pueblo peruano, cuya cultura posee pinceladas románticas.           Los cuentos de Gilbonio se desprenden prácticamente de lo tolstoiano para asomarse un poco a lo dostoievskyano, pues trata de profundizar en los sentimientos, pensamientos y las relaciones sociales de los que participaron en el bando de los subversiv

Música de cañerías entonada por Charles

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Por: J. Miguel Vargas Rosas           “No tenías que estar borracho para sentirte destrozado, para que te liquidase una mujer; pero podías sentirte destrozado y convertirte en un borracho” , esta frase podría ser un epitafio de la obra de Charles Bukowski, pues sus relatos exponen una personalidad colindante con lo ramplón. Si bien es cierto que para la época de Bukowski su literatura rebelde era necesaria para romper con tanta cucufatería intelectual y gritar las atrocidades con la que pretendía idiotizar el sistema a la población norteamericana, “Música de cañerías” cae en la monotonía de un deseo desmedido por el sexo y la vulgaridad, conduciéndolo a perder toda intensidad en sus líneas. Hay frases rescatables e historias también; sin embargo, poco a poco se profundiza en una modorra donde languidece todo tipo de sentimiento o pasión.        La crudeza queda pequeña ante la crudeza de los indigenistas peruanos. Y aquella, su mal llamada “crudeza”, resulta un eufemismo de la v

Entre Destructores y Constructores

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Por: J. Miguel Vargas Rosas      Alucinamos muchas veces, en un ataque de idiotez, que golpeándonos el pecho nos aproximamos a un paraíso extraterrenal mientras los demás renguean a hervir, escaldados, en un infierno también extra o subterrenal. Sin embargo, ignoramos o decidimos hacer poco al saber que hasta el 2011 poco más del 30% de la naturaleza ha sido depredada por el hombre, y para ir de mal en peor, Estados Unidos en el 2017 decidió retirarse del acuerdo climático de París, pese a contar con cargamentos nucleares peligrosísimos para la seguridad mundial y del medio ambiente (además, es el mayor contaminante del mundo desde hace 160 años).      Recuerdo cuando pequeños, mis amigos, mi hermano y yo, lloramos cuando cortaron dos árboles de almendras que daban sombra muy cerca de la puerta de nuestra casa. Cosa paradójica, los cortaron para construir veredas en la calle y traer la llamada civilización a nuestro pueblo. Creí que la estupidez humana no llegaría a más, pero h

Cultura de la destrucción y cultura destruida

    Por: J. Miguel Vargas Rosas        El imperialismo, según Vladimir Ilich, empieza a forjarse a fines del siglo XIX, pero es en la primera mitad del siglo XX aproximadamente, que se profundiza y deja ver su verdadero rostro. Los trust y monopolios toman las riendas de la economía mundial, bajo la frase tan mencionada hasta ahora; “Liberalismo” y después vendría la imposición del “Neo liberalismo” que se supone debería corregir los errores del liberalismo; sin embargo, basta ver la realidad mundial, los bombardeos a países económica y políticamente subdesarrollados, como es el caso de Irak, Irán, Siria, Palestina, nuestra propia América Latina, para ver que esos errores, en vez de subsanarse, se han ido agudizando y ha seguido creando, lo que Lenin llamaría parásitos económicos; es decir, esas entidades que literalmente no trabajan pero producen riquezas a expensas de una gran mayoría social. También basta ver las constantes crisis en las que caen las grandes potencias, ar

Tiros de gracia....

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Por: J. Miguel Vargas Rosas      Hace ya buen tiempo que José Carlos Mariátegui señalara que Dios como Mito había fallado y que la humanidad necesitaba otro mito que le impulsara hacia adelante. Ayer leí perplejo la noticia sobre la muerte de un colegial de tan solo 16 años de edad, producto del impacto de bala, disparada por uno de sus compañeros en el aula de clases. El sistema, caduco hasta no más, ya no se preocupa en crear un nuevo mito, pues este aún le sirve para sus propósitos y suponer un humanismo en las entrañas del sistema, es engañarse de forma tan vil, porque en todo caso lo que cunde en el mundo es el ansia de poder, un ansia trastocada en ansiedad para los jóvenes, quienes ven en las armas de fuego o en el dinero el único medio para asumir el poder sobre los demás. Este, el Poder (mediante las armas y el dinero) sería un mito sangriento, maquiavélico, con el cual la adolescencia y la juventud cree obtener recién un protagonismo inigualable en medio del mundo miserab

Navegando en la Obra Poética de Juan Gonzalo Rose

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        Por: J. Miguel Vargas Rosas             El prólogo que le hicieran en “Obra Poética” (Publicación del entonces Instituto Nacional de Cultura), no es del todo justo para con la imagen y la poesía de Juan Gonzalo Rose; se trata de desvirtuarlo, mostrándolo como un poeta casi regionalista, tierno y hasta católico.  Mas su poesía tiene mucho de sátira contra ese catolicismo, de rebeldía y sí, no se le puede negar, una nostalgia muy profunda. Utilizando un poco “el memorismo” del cual se jacta la prologuista, podríamos decir que esta se equivoca cuando indica con vehemencia que Rose es la voz de  “su época y de un lugar” ; los versos del escritor transcienden ese lugar al que hace referencia en muchos de sus poemas: la Lima gris “que le parió en un quieto verano” , pues no podemos juzgarlo por unos cuantos versos y encasillarlo como un poeta de Lima nada más. Su poesía trasciende y se vuelve más que limeño al tocar temas universales, que calan en el ser humano, como el amor, el

Ciudad del Eterno Sol

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Por: J. Miguel Vargas Rosas        Aunque ahora esté afectada por los desastres naturales, debido a las intensas lluvias, Piura (la ciudad del eterno sol), tiene una calidez muy simpática. Las infraestructuras de sus iglesias, sus parques bajo la sombra de grandes árboles y las calles estrechas por donde discurre la mayoría de su población, hacen de este lugar un sitio tropical divertido. También existen los barrios abarrotados de negocios y tiendas. El río que corre apacible con un color verdusco encantador, contagia su sosiego e incita a meditar. La humedad que impera en su clima, lo asemeja a la selva peruana. Las playas la rodean prácticamente y casi afueras de la ciudad misma, el desierto de Sechura se extiende, inmenso e imponente.       El balneario de Punta Sal, a más de tres horas de la ciudad de Piura, expone un mar bello y bien conservado, repleto de turistas, pero siempre hay un rincón donde el alma solitaria puede pararse a meditar y tomar inspiración. Máncora es un

Parte

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    Por: J. Miguel Vargas Rosas              Me quedo sentado, mirando la puerta que ella acaba de azotar. Hay una sensación extraña, pero solo miro y también persiste la impotencia, el coraje. Solo miro la puerta cerrada. - ¿Vas a seguir escribiendo y trabajando sobre eso? - había gritado - te acusarán de terrorista y se acabó todo. Si no te interesa mi honorabilidad y mi orgullo, por lo menos que te importe el tuyo. - ¿De terrorista?, no lo soy, solo escribo una historia y cuento otra mediante un audiovisual. - Sí, pero de terroristas... - Ni siquiera sabes si lo son de verdad. - Uno ha muerto en el 86 y el otro estuvo en un penal de Lurigancho, no sé dónde. Harto, solo atino a gruñir: - Al fin y al cabo, terrorismo también aplica el gobierno, ¿acaso no es terrorismo que nos tengan desempleados, hambrientos, sin esperanzas?, yo solo quiero mostrar el arte y la mentalidad de ellos sin opinar. - ¡Ya basta!, ¡ya hasta hablas como ellos! - me corta tajante - Yo cuida

El amor filial y su lado oscuro...

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Por: J. Miguel Vargas Rosas     "Pucha"; suspira mi amigo; la tarde todavía nos ilumina. Me ha contado que ha intentado suicidarse en repetidas ocasiones, ingiriendo pastillas, porque cree que su vida es un absurdo y que lo único que importa en esos momentos es no separarse de sus hijos y su conviviente, pese a que esta lo echa constantemente. El otro amigo mira el horizonte dorado, confesando que ha quedado como padre soltero; hasta ahora trata de explicarse el porqué su pareja sentimental le dejó. Esto podría ser un cúmulo de quejumbrosos relatos de amor y tragedias románticas o un diario sufrido de varios varones, tirados a la derivada del llamado desamor. Medito, mientras bebo un sorbo de cerveza, que también habrán mujeres en las mismas condiciones. Pienso que al abandonar este departamento, cuando se apague El Che y los Rolling stone , tendremos que poner la cara seria, la sonrisa melancólica, seguir con la vida, con la misma rutina algunos y otros rompiendo esta d

Acercándonos a "La distancia que nos separa" de Renato Cisneros.

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 Por: J. Miguel Vargas Rosas             En “La distancia que nos separa” Renato Cisneros crea una amalgama de temas filosóficos y profundiza en el estudio psicológico, pues en la obra se comprueba la cierta realidad que tiene la teoría freudiana sobre el sexo como eje base donde se forja, de una manera determinada, nuestra conciencia. Así, muestra el divorcio de su padre “El gaucho” Cisneros con su primera esposa, pero su hija siente rabia, impotencia y odio, ya que siente que se divorcia de ella también, por los besos y las nalgadas que él le daba en forma de cariño. De esto se desprende también el cómo la psicología de los hijos de Cisneros se fue moldeando con mucho encono celoso para con el comportamiento de su padre (lo que da la razón a Freud cuando este apunta que toda nuestra psique parte de lo creado en la infancia e incluso pre infancia), lo que les impulsa, en sus juventudes, a realizar actos de rebeldía tan solo para darle la contra al “Gaucho” como una muestra de su

Juan Gonzalo Rose, la melancolía

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         Leí a Juan Gonzalo Rose hace mucho y hoy vuelvo a hablar de él, pues su poesía melancólica atrapa al igual que su poesía revolucionaria incita a luchar por la revolución social. Pese a su filosofía existencialista y a su "marginalidad", Rose se inclina hacia el camino del pueblo y de su democracia, por lo que alterna bastante la poesía romántica con la de protesta social.        Pero esta vez no hablaré de su poesía...                    "Yo recuerdo que tú eras como la primavera trizada de las rosas y como las palabras que los niños musitan  sonriendo en sus sueños."             Solo compartiremos una anécdota narrada por el escritor Miguel Gutierrez y de esta forma enterarnos que con respecto a Gonzalo Rose no solo su poesía estaba envuelta por la nostalgia, sino también su propia vida que se iba consumiendo en constantes crisis de alcoholismo. "Basta ya de mentiras que nos tienen con los huesos hinchados. Basta ya de verdades