Las caras de la depresión

Resulta difícil y complejo reconocer a una persona depresiva. Pensemos en un niño solo en medio del mundo. Algo así es un depresivo: se siente solo, sin encontrar sentido a nada de la vida y con mucho temor por los peligros de la existencia, pero a la vez tiene miedo de la existencia misma. 

1. Puede estar feliz ante la gente, reír a carcajadas, sus ojos iluminar el ambiente, pero en el fondo hay una especie de volcán a punto de erupcionar. Lo puede reflejar en pequeñas expresiones faciales como imposturas, alegría excesiva, emociones fingidas, etc. 


2. Esa alegría momentánea se va transformando en seriedad, impotencia, amargura y ganas de estallar contra todo. Algo molesta constantemente el espíritu de la persona depresiva sin un motivo aparente. Opta primero por una especie de seriedad, luego de rabia que se produce comúnmente por la impotencia de no lograr cosas, de no pode rebelarse contra el cauce de la vida. 




3. La tristeza es común en muchas personas que sufren de depresión. En muchos casos no se puede descubrir la tristeza a simple vista. Sin embargo, son como unos globos muy inflados que al primer mal trato que reciban, se desatará una tormenta incontenible en su interior. De ahí, el por qué la amabilidad debe ser una forma adecuada de tratar a nuestros semejantes. Esta tristeza tiene sus niveles también: una nostalgia, una tristeza normal, una tristeza profunda de la cual se cree incapaz de salir y muchas veces va entrelazado con la amargura, la impotencia, los miedos, etc. 



PD. Después de esto, si no hay ayuda, si sigue desanimándose, el hombre tomará el camino sin salida: la búsqueda insaciable de la muerte. Por eso, es necesario crear más humanidad y un ambiente más acogedor para todos, incluyendo para las almas más sensibles y endebles. Con tu sola conducta podrías ayudar: HAZ LA DIFERENCIA. 

Fotos: J. Miguel Vargas Rosas
Modelo: Juan Zavala



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