Dos poemas de mujeres sociales

 Por: J. Miguel Vargas Rosas

A continuación presentamos dos poemas de dos autoras peruanas (un poema de cada una), en las cuales se pueden ver dos concepciones ampliamente diferentes. 


Cuestión de clase

Sí, soy un producto de este tiempo 

y desde mi nacimiento fui designada 

a no ocupar ningún lugar. 

Pertenezco a la raza de los indecisos

de los más infieles y temerosos. 

Oh, pequeña burguesía, qué hermoso suena

el nombre que te dieron. 

Los que luchan contra ti creyéndote

muy fuerte, no se equivocarán

al contemplar tu enfermedad. 

Sí, mi pequeña, ya verás, 

los que no te aman me señalarán:

He ahí una muestra del enemigo, y yo 

los miraré y en medio del llanto

oirán mi grito. 

Es lo único que poseemos. 

(Patricia Alba)


Bendición

Benditas sean las muchachas


                que usan rouge  y rimmel 

beben vino con altos oficiales

y por las noches 

-espejos y medialuz-

abren las piernas con decencia, 

como cuando duele. 

Benditas ellas, que al amanecer,

dejan su cerebro sobre el velador, 

cogen el bolso. 

Benditas todas, hermosas ciegas, 

princesitas que arrechan. 

(Mariela Dreyfus)

    

    Patricia Alba asume muy orgullosamente su posición en la pequeña burguesía y se compara incluso al murciélago de Mariano Melgar, ese animal comodín en la guerra entre animales terrestres y aéreos. Aunque por ratos intenta compararse con la clase media baja, el yo poético está bañado de individualismo, de engreimiento burgués que no asume el dolor ni las luchas de las clases trabajadoras, sino más bien posee tintes de oportunismo. Hay en ella cierto aspecto de alienación, pues no solo se trata de su condición material, sino también de la posición de clase que asume a conciencia.

     Por otro lado, Mariela Dreyfus si bien es cierto saluda a las mujeres desplazadas, humilladas por los "altos oficiales", término con el cual empieza a satirizar a las clases pudientes, quienes no solo implantan una opresión clasista, sino también dominación sexual (machismo) con términos tales como "princesitas", plantea una visión pequeñoburguesa pero más crítica al sistema, y se asoma a la mofa contra el estado de cosas, pero lejos está de plantear la emancipación de las mujeres, sino que se limita a "bendecir" a las muchachas que se ven dominadas por los hombres y las clases explotadoras mientras estén dentro del sistema. No obstante, podría tomarse también como una forma indirecta de decir: "Hay quienes viven así y otras de esta forma más libre. Busquen esta última forma". Una forma dubitativa de incitar a la rebeldía. 

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