Para los idiotas las órdenes son leyes…

 J. Miguel Vargas Rosas    

    Uno se topa con cada idiota; los vemos en la televisión, en las radios y sus letras aparecen publicadas en diarios, revistas, boletines, etc.  Además de ello, van repitiendo por la vida las órdenes que les dan sus jefes, como si estas fueran leyes inquebrantables e inmortales. Lo peor, es que son apoyados por los que ostentan el poder, quienes tienen un razonamiento maquiavélico, se hacen pasar por idiotas y hacen creer a los idiotizados que son tan idiotas como estos idiotas «mediáticos». De esta forma, pareciera que nos gobernara una pléyade de idiotas, mas estos no son más que títeres controlados a través cuerdas invisibles sujetas a los dedos (intereses) de mentes más ambiciosas, más estrategas y más retorcidas. 

Por eso, tras los resultados de las elecciones, un buen idiota terminó huyendo del país y ahora se alucina un perseguido político con acilo en México. Sus defensores, algunos de los cuales quizá pecan de ingenuidad y no de idiotez, le dan la razón basándose en la idiotez cometida por una congresista de Perú Libre, quien amenazó con echarlo de la televisión. Decimos idiotez cometida por la congresista, porque la amenaza no era necesaria —bastaba con el «miserable» y desenmascararlo—, mas por el contrario la mostraba como una niña caprichosa. Sin embargo, esa amenaza jugó un rol importante como coartada y/o defensa para el idiota aludido el día de hoy, pues pretextando ello fanfarronea ser un perseguido político. 

Nuestro idiota también es retorcido como los idiotas o monstruos del célebre cuento «La gallina degollada» de Quiroga. Solo que nuestro idiota autoexiliado en México, no estranguló una niña, sino que estranguló sexualmente a muchos niños y haciendo uso de sus contactos en las esferas de poder, logró salir airoso pero no libre de culpas. Luego, muy a su estilo, empezó a calumniar a políticos que sus jefes ordenaban; y sobre todo, calumnió e insultó a los jóvenes y al pueblo peruano en las agitadas movilizaciones ocurridas el año pasado. Se mofó de la sangre derramada, se burló de la lucha por más justicia social emprendida por el pueblo peruano e incitó a los gobiernos de turno a fortalecer las medidas violentas y represivas contra cualquier manifestante. 

Ahora habrá un idiota más en el extranjero parloteando contra cualquier medida de izquierda o clamando “democracia” para el Perú, del cual ya no forma parte, a cuya gente aborreció, condenó, insultó, contra la cual blasfemó y a cuya infancia hizo un daño irremediable. 



 


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