Sobre el artículo “A dos meses del estallido social en el Perú” de la revista viejo topo


Compañero, revisé el artículo que me hizo llegar. Resulta irrisorio cómo se plantea y se analiza la crisis política que afronta el Perú con una simplonería tan barata —esto porque los mismos que lo han redactado se jactan de ser marxistas— y, para empezar, este análisis político-económico está muy lejos de ser marxista, pues carece de un análisis científico de la realidad. 

Empecemos por la frase aduladora que encabeza el artículo y que surge a efectos de un análisis político sesgado de las manifestaciones actuales. En dicha parte del artículo, señala el autor lo siguiente: «Estamos en una lucha histórica que no puede separarse de Pedro Castillo, aunque aquella no se agote en él. Las tentativas oportunistas, y ahora abiertamente electoreras de desaparecerlo, sólo harán que su figura histórica se acreciente». Para el autor del texto, Pedro Castillo se erige como un ídolo y como un prócer de la emancipación de la clase trabajadora, pero ¿por qué?, nos preguntaremos muchos. La justificación que plantean nuestros amigos de Viejo Topo solo son las denuncias judiciales por parte de un ala de la gran burguesía —que ellos sindican simplemente como grupos metidos en las elecciones—, los intentos constantes del legislativo por vacarlo definitivamente, las obstrucciones en perjuicio de sus supuestas acciones reivindicativas desde el ejecutivo, y por ahí un comentario vago de que «si defendieron (los de la clase trabajadora) y defienden a Castillo es porque han vivido ciertos beneficios palpables. Y porque se sintieron representados por un presidente por ellos elegido, a pesar de sus falencias y errores»; no obstante, aparte de que la mayoría social ya no clama por Castillo sino por una Asamblea Constituyente, obvia muchas cosas, como por ejemplo que durante el gobierno de Castillo los que se enriquecieron fueron los mismos: la gran burguesía financiera, tal como informa Plus G en su nota informativa del 03 de febrero del 2023: «De los 17 bancos que operan en el país, 13 incrementaron sus utilidades en el último año; solo una entidad las redujo y los tres restantes registraron pérdidas»; a esto le podemos sumar los rodeos negativos que daba Castillo ante la insistencia constante por una Asamblea Popular Constituyente que realizaban las masas trabajadoras peruanas. Con respecto a este punto, en el texto se exonera a Castillo, arguyendo que la última acción de cerrar el congreso lo enmienda de sus “errores y falencias”, pero obvia que el discurso del cierre del congreso fue dado como último manotazo de ahogado, pues estaba ya por hundirse. Además, el discurso de cerrar el congreso y convocar a Asamblea Constituyente se dio a sabiendas de que por más que lo proclamara, sin una planificación adecuada y política que la garantizara, no se iba a ejecutar. 

Podemos asegurar que Castillo no hacía sino solamente el papel de títere de las grandes burguesías, las cuales están subordinadas a los intereses de los imperialismos. El artículo de nuestros dizques “marxistas” cae en lo más bajo al realizar un nulo análisis político-económico de la sociedad tal como lo demanda el marxismo. De ahí se desprende que consideren a Castillo como la imagen que movilizó a miles de peruanos por la conquista de reformas (craso error, muy similar a cuando lo de la marcha de los cuatro suyos donde erigieron a Toledo), y en todo el artículo se realizan afirmaciones sin tener en cuenta la caracterización de la sociedad ni la realidad de las clases sociales en las que debemos incluir a la Gran Burguesía y sus representantes en los tres poderes del Estado, en donde Castillo cumplía su rol. En otras palabras, nuestro “bizarro” articulista expone el fenómeno, mas no la esencia; muestra el resultado, mas no la causa y ve en el resultado la causa —gravísimo error que no puede ya haber en alguien que se considera un viejo “marxista”. 

Entonces, cabe volver a indicar lo que señalábamos desde ya hace un buen tiempo y con eso desbaratamos por completo los argumentos expuestos por el autor de dicho texto quien intenta sobrevalorar a Castillo. Dicho autor ni siquiera se asoma a ver la existencia de las dos grandes burguesías en constante pugna por hacerse con el poder completo sobre el país para de esa manera beneficiar a las potencias de quienes dependen. Como señalamos ya anteriormente, el artículo de nuestro dizque marxista Manzanares en la que hace apología a Castillo se basa en las constantes denuncias judiciales en contra de Castillo y los intentos de vacarlo, pero obvia que dichas demandas judiciales vienen desde años atrás (contra Ollanta, PPK, Vizcarra, etc. A los cuales, siguiendo la lógica del pensamiento del autor del texto en mención, estos también deberían ser revolucionarios porque fueron acusados judicialmente y algunos hasta encarcelados) en contra de representantes de la misma gran burguesía, la cual se divide en Gran Burguesía Burocrática y Gran Burguesía Financiera, mismas que se disputan el poder. Cabría recordar a nuestro autor el análisis que hace Mao Tse-tung sobre estas dos facciones de la Gran Burguesía, análisis que resulta fundamental para entender el derrotero de las grandes burguesías en los países subdesarrollados. Las denuncias judiciales no son más que tretas para que la Gran Burguesía Burocrática se haga no solo con el poder legislativo, donde tiene una mayoría, sino también con el ejecutivo, necesario para sus intereses oportunistas por lo que las ha utilizado como parte de su disputa contra la Gran Burguesía Financiera que hasta ahora conserva el poder ejecutivo y esta lo ha conseguido a través también de maniobras judiciales y políticas. 

Castillo cumplió su rol en este aspecto; lejos de educar políticamente a las masas, ajeno a un discurso y praxis revolucionarios, alejado de las demandas de las clases trabajadoras, enclaustrado en su soledad de burócrata, papel que no le caía para nada, no era del todo ajeno a los intereses de una de las grandes burguesías, solo que su debilidad de carácter no garantizaba nada a la Gran Burguesía Financiera ni mucho menos a la Gran Burguesía Burocrática que desde el inicio le fue hosca, aunque en su momento intentaron tranzar con él. Para ir afianzando la tesis de su filiación con la Gran Burguesía Financiera, aparte de lo de beneficiar a los bancos en el transcurso de su gobierno, podemos señalar la militancia de Castillo en el partido de Alejandro Toledo y sus simpatías con este, quien siempre representó a la Gran Burguesía Financiera y estuvo subordinado al imperialismo norteamericano, pese a que años después postularía con el partido de Perú Libre, un partido sin cuadros forjados y mucho menos forjados como marxistas, pero que aspiraba al poder —como ha de lugar— porque representaba a la Gran Burguesía Burocrática. Precisamente esta oposición entre Cerrón y Castillo (el primero, enlazado a la GBB, y el segundo que se afiliaba a la GBF) llevaron al segundo a romper políticamente con el partido encabezado por Vladimir Cerrón quien se jactaba de marxista, pero su verborrea no era más que eso: una soberana verborrea brabucona. Otros aspectos a tener en cuenta, es la angurria que se le imputa a Castillo por traicionar a un gran porcentaje del magisterio y de la clase trabajadora, donde jamás organizó a los cuadros mínimamente progresistas. 

Por lo tanto, si tenemos en cuenta la secularización de la sociedad peruana, Castillo no es “un hombre de buenas intenciones con fallas”, sino también un elemento que intentó vender la imagen de “emancipador” por venir de provincia y vestir aparentemente sencillo y humilde, y resultó siendo tan solo un títere blando que se bamboleaba de un lado a otro y que solo acudió a las masas cuando no veía la salida. Y si vamos a analizar su historial político, siempre simpatizó con la gran burguesía financiera, de ahí su militancia en el partido de Alejandro Toledo, el repudio de la Gran Burguesía Burocrática. Sin embargo, finalmente cayó en saco roto, porque la Gran Burguesía Financiera tampoco lo veía como un aliado fiable en la disputa contra la otra ala de la Gran burguesía. 

Otros aspectos a tener en cuenta sobre el artículo en mención, es que se acusa a Vladimir Cerrón y Perú Libre como traidores oportunistas. Ojo, lo de oportunistas nadie se los quita, pero ¿calificarlos de “traidores” resulta correcto? Por como ya venimos apuntando, Cerrón de marxista no tenía más que la nomenclatura que se auto-inscribía en las redes sociales y su propaganda, pero su historial y su praxis no tenían ni tienen nada de revolucionarios, sino más bien de complicidad con la gran burguesía burocrática, considerando además que jamás batalló realmente por los intereses de las clases trabajadoras ni mucho menos por la emancipación real de las mismas, de ahí que sus cuadros no fueran forjados con carácter de clase popular o trabajadora, ni estuvieran organizados en un partido cuajado (Lo cual denunciamos desde mucho antes de que Castillo fuera elegido como presidente).

El artículo, como tal y como demostramos a través de esta crítica resumida, no es pues para nada un análisis real, objetivo y mucho menos marxista de la sociedad peruana, tampoco del papel que jugó y juega Castillo. Además, no sirve en nada a la educación política de las clases trabajadoras (las cuales, como podemos apreciar, van aprendiendo en la práctica misma), sino más bien está destinado a confundir a estas y sumarse al cúmulo de engañifas que han esbozado hasta ahora sus principales enemigos. Por otro lado, insistir en Asamblea Popular Constituyente es el camino para que las masas trabajadoras den un salto cualitativo en su educación política y se constituyan en una clase para sí. Camino, entonces, que no debemos dejar de lado, pero tampoco considerarlo o confundirlo con la meta final y comprender que solo nos permitirá reformas dentro de un sistema opresor. 

J. Miguel Vargas Rosas

Hco. 07/02/2023

PD. Escribo esto cada vez que los malestares físicos, propios de mi salud deteriorada, menguan un poco. Por tanto, sé que aún falta mucho por añadir y profundizar sobre la lucha de clases que se desencadena hoy en día, estudio que amerita una meticulosidad grande y ligada a la praxis y la realidad, los cuales espero retomar pronto. 


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