Una Visión Sencilla de "Retazos del Yo"

       “Retazos del Yo”, nombre oscuro y a la vez intenso, como si diese a entender que nos han destajado el alma y eso es lo que he logrado apreciar en esta obra teatral dirigida por María Rincón, con sencillamente dos actores en escena (Sandra Villanueva y Joseph Paucarima), donde nos muestran dos personajes casi mágicos y profundos, con una oscuridad que envuelve sus existencias no trágicas, sólo dolorosas, pero que nos llenan de luz esperanzadora.
Contiene una amalgama de sentimientos que contagian al espectador entre los que sobresale la comedia y la nostalgia. El ritmo trabajado correctamente hace que el espectador se sobresalte, evitando caer en el tedio. Las metáforas de la historia están bien trabajadas, tocando problemáticas existenciales y sociales, tanto de las guerras en los países  árabes como la pobreza y la injusticia social que flagela el mundo. Es una obra vanguardista con mucho sello de romanticismo.
Es profunda, amplia para un análisis breve como el que trato de hacer aquí, porque también enfoca la problemática de las familias, distorsionadas en su gran mayoría precisamente por los problemas sociales y de comunicación. Lo que atrae más de esta obra, son las imágenes mágicas con las cuales la Directora María Rincón enriquece esta puesta en escena.
Cada personaje es una metáfora, el espacio reducido donde viven es otra metáfora: es el mundo en sí, que se divide por el egoísmo, según mi humilde apreciación. Lo que debilita un poco, sólo un poco a la puesta en escena, es la carencia de una escenografía que la directora ha hecho hasta lo imposible para decorarlo de la mejor manera, pues sólo carece de un fondo adecuado. Esto es un problema que afecta a las agrupaciones y productoras de teatro que hacen obras con mensaje social y servible, es decir sufren cierto abandono por parte de las entidades competentes.
Sin embargo la obra se puede vivir pese a ese pequeño detalle. Un ritmo adecuado que no cae en lo monótono, una historia amplia y llena de mensajes metafóricos, además de los juegos de luces que sirven también para dar cierto mensaje de imagen, hacen de “Retazos del Yo” una exquisita obra que es deleite no sólo para los ojos, sino para el alma del ser humano y también es un escrutar el corazón.

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