CIENCIA Y RELIGIÓN: DOS POLOS QUE DEBERÍAN ATRAERSE

Por: J. Miguel Vargas Rosas


        Albert Einstein, considerado una de las mentes brillantes del siglo XX, decía que la religión y la ciencia no deberían repelerse, sino por el contrario, complementarse. Fundaba este punto asegurando que la ciencia nos permitía evolucionar con respecto a la tecnología y sobre todo descubrir los llamados misterios que esconde el universo, para comprender más el funcionamiento de éste, mientras por otro lado la religión tenía la función grande de forjar valores en los seres humanos, en formar a las personas con un espíritu realmente humano, cosa que no suscitaba en tiempos de Einstein, ni se suscita actualmente.
         Asimismo el científico y físico teórico, decía que la religión no debería dar por sentado leyes dogmáticas en contradicción a la ciencia, por ende ni buscar el estancamiento de ésta; tampoco suscitaba en tiempos de Einstein y muy poco se da hoy en día.
     Se olvida en esto que en las antiguas civilizaciones, las religiones o el culto a dioses eran utilizados para reglamentar y establecer parámetros dentro de una sociedad injusta,  tratando de establecerse así un estado de cosas y retener las sublevaciones de las clases más explotadas o hallar esperanzas en medio de una guerra cruenta por conquistar territorios. Si bien es cierto, la religión profesada por el Dios de David surge como una rebeldía a todo ello, basándose en un reglamento donde se intenta hacer cumplir, de forma incluso violenta, valores humanos y morales, sustentándose en el amor, ésta se ve despojada de su esencia por culpa precisamente de toda una generación de cultores oportunistas, hoy en día corrompidos por lo deshumano y que matan día a día los valores morales. 
       Tras una gran matanza cruel por imponer religiones, el Dios de David se impone a nivel mundial, prácticamente gracias a los romanos quienes son los primeros en declararle una religión legal o de Estado a aquella religión que profesaba Cristo, y es cuando la religión del Dios de David va en declive. Surgen las guerras de las Cruzadas, surgen en nombre de esa religión invasiones inmisericordes hacia otras culturas que quedan destruidas, se forjan instituciones deplorables como la Santa Inquisición, se realiza la persecución a las llamadas brujas, tratando de liquidar todo tipo de cultura ajena a la devoción a Dios.
      Cristo si hoy viviera volvería a lanzar las cosas contra los mercaderes, que hoy, se hacen elegir representantes de él en la tierra y gritaría: "¡Han vuelto la casa de mi padre en un mercado!"; totalmente iracundo los echaría, pues siendo él un líder humano, despojado de todo egoísmo, se vería actualmente deshonrado por sus seguidores y por sus, así llamados, representantes en la tierra.  Quizá  a esta religión hacía referencia Einstein, quien a su vez era un humanista, de gran corazón y sobre todo soñador, declarado admirador de Ghandi y por eso, quien sabe, sugería que las personas tomaran como ejemplo a Cristo. ¿Y quién no amaría esa religión que nos inculcaron de pequeño?, ¿quién no diría que la pasión de Cristo debería ser continuada por los hombres en la tierra?, ¿quién no diría que es grandiosa la biblia cuando habla del amor al prójimo?, sin embargo mirando representantes de todas las religiones, hablando en nombre de los padres de la religión actual, es muy poco probable darle la razón a Einstein y es cada vez más lejano que esa religión cree hombres humanos.
         Mariátegui por su lado señalaba que la humanidad necesitaba otro mito, sin embargo también acentuaba que la religión es buena cuando incita a los pueblos a luchar por su libertad, por la justicia, pero hoy en día no vemos para nada eso. Hoy el criminal se encomienda a Dios para asesinar a su prójimo y otros cada mañana rezan para poder ganar mucho a costa del sacrificio de otros; algunos piden para sí sin importar los demás; se pide a Dios que no nos descubran la infidelidad o la traición; se está en un cargo religioso, muchas veces, tan sólo por el dinero que podríamos percibir.
         Me desanima ver y oír a gente como ésta a cargo de toda una religión, gente tales como Cipiani (óiganlo en el siguiente vídeo berrear sin valores, sin humanidad y sin amor) y aún así tenemos la esperanza, la esperanza de que esta oscuridad se vuelva a iluminar y que los hombres amen a su prójimo y los héroes verdaderos renazcan en nuestros tiempos...
         
     




           

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