Explorando los límites de "Desde la persistencia"

      Por: J. Miguel Vargas Rosas
    
       De lenguaje fluido, intercalando el popular con el academicista, “Desde la persistencia” (Ed. Ave Fénix) acoge nueve cuentos, todos de ex prisioneros y ex militantes del PCP- Sendero Luminoso. Se nota el manejo correcto de las técnicas nuevas tales como el flash back, pie quebrado y el giro impactante al término de la historia, utilizando para este último el estudio de la psicología. No pretendo, pues, hacer un análisis detallado sobre el libro para este blog, así que mostraré los rasgos generales que lo transforman en algo moderno, literario, profundo y adelantado a su época, ya que pese a que son ex militantes que participaron directamente en el conflicto interno de los 80 y 90, no toman la guerra propiamente dicha como eje central de su tema, sino que en algunos relatos se narra lo acontecido alrededor de ella  y otros se centran en la etapa del post conflicto, mostrando el infierno carcelario de donde emergen y la realidad social que todavía sigue martirizando al Perú.
       Desde la Persistencia no deja de ser una crítica acerba de la realidad social, la cual no ha cambiado casi nada con respecto a la década de los 70 y la diferencia de estamentos sigue agrandándose, pero a su vez intenta realizar un estudio sociológico del país antes, durante y después del conflicto armado, poniendo a la palestra el tema de los reclusos o el acto de purgar prisión en las cárceles peruanas como prisionero de guerra o como ellos se dicen, prisioneros políticos. Lo bueno del texto es la amalgama de temas que yacen en sus páginas y las distintas formas de cómo conciben el mismo tema: los días de reclusión.
       Se podría decir que Desde la Persistencia no solo acoge lo tolstoiano del conflicto armado, sino que también narra las causas del mismo, cogiéndose muchas veces de la psicología dostoyevskiana. Podríamos aseverar entonces que se aparta del llamado “realismo socialista” al cual se inclinan muchos ex militantes que decidieron escribir sobre ese tema. Desde la persistencia aplica un realismo crudo, un realismo a secas. Y aseveramos que se adelanta a su época, porque justamente ensaya este tipo de literatura en medio de tantos escritores (militantes o no) que intentan inclinarse a un bando y a otro- algunos de forma tan absurda que ni siquiera hacen un análisis de la realidad o de la psicología de los que participaron en el conflicto (Así optan por una realismo socialista o un realismo capitalista, se podría decir)
        Cama Martínez relata esos contratiempos que personas del pueblo enfrentan al ser perseguidos, secuestrados y encarcelados de forma injusta, pero ya dentro de una nueva contextualización, van asumiendo la consigna subversiva como parte de sus vidas y es que a esto influye demasiado el desastroso drama por el cual han atravesado debido a la ingente pobreza, antes de caer en prisión. Es decir se desarrolla lo que Marx planteó: “ el ser social hace la conciencia social”. He ahí la posición de Benjamín Cama, en su cuento “El regreso de Lucila Ccorac”, mientras que por otro lado Arana Company con su “Último sueño” se profundiza más en la psicología de un prisionero y toca la multiconsciencia de Freud, ya que parece tener una pesadilla que lo induce a visitar un psicólogo, cuando realmente está viviendo en o una pesadilla. El giro es intempestivo, pero bien articulado, como un golpe de luz en medio del túnel oscuro de la mente y paradógicamente esa luz sigue siendo oscura.
        Asimismo, Oscar Gilbonio se asoma a un estilo de Zola con Ribeyro cuando narra las peripecias de un lustrabotas que va decodificando los misterios de la sociedad y la economía, las cuales no han variado nada y hay que luchar de forma más sacrificada para sobrevivir en la gran urbe. Victor Claros con “Un itinerario” deja personajes bien elaborados social y psicológicamente. Personajes en contradicciones, de caracteres diversos, impactantes y profundos entretejen una misma historia de lucha, pero también de tragedia. Es que hay que delimitar la tragedia para separarla del pesimismo, pues ninguno de los autores llega al pesimismo porque asume firmemente la tragedia. Manuel Marcazzolo se asoma a la sátira sin dejar esa tragedia; se burla de un burgués que dirige la economía de la nación y lo hace tan sagazmente que pese a tocar temas de economía y coyuntura, no cae en el tedio.
        Concluiré afirmando que las comparaciones con otros autores no es más que una semejanza en la temática porque en estilo y forma cada uno de los narradores ha alcanzado cierta madurez y va encontrando su propio yo literario. Obvio a otros cuatro escritores de este volumen, para no cansar al lector y dejarles algo qué leer por cuenta propia. Desde la Persistencia, finalmente es muy sugerente en cuanto a la temática y a la forma que ponen sobre la mesa literaria.
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