Murmurando "De la ternura y la guerra"

       
Por: J. Miguel Vargas Rosas

      Me es complicado escribir ahora que llevo ya buen tiempo sin emitir opiniones sobre mis lecturas o sobre literatura en general, como me es complicado ubicar a Oscar Gilbonio y su “De la Ternura y la Guerra” en lo romántico, aunque sus relatos entretejidos con técnicas modernas y lenguaje cándido lo conducen a mostrar un matiz de sentimientos que siempre conllevan a la nostalgia poética propia del romanticismo. Es decir, Gilbonio no se desprende de ese pasado, se aferra a este como una etapa muy arraigada en su espíritu y no es para menos, ya que participó de forma directa, tal como le es difícil desprenderse de ese pasado al pueblo peruano, cuya cultura posee pinceladas románticas.           Los cuentos de Gilbonio se desprenden prácticamente de lo tolstoiano para asomarse un poco a lo dostoievskyano, pues trata de profundizar en los sentimientos, pensamientos y las relaciones sociales de los que participaron en el bando de los subversivos, centrándose (a comparación de otros escritores) en las acciones urbanas. Poco a poco, los cuentos van mostrando su carácter profundamente intimista, porque narra experiencias casi particulares, dejando de lado la generalidad de los caracteres de demás subversivos y de la guerra en general. Estas experiencias están envueltas por aires de tragedia, que solo se quiebra en el último cuento donde una ventisca de fortaleza deja sentirse. 
       También juega un rol importante el instinto de supervivencia, hasta hoy inexplicable, que perdura en el ser humano, reflejado en la huida emprendida por un obrero durante el bombardeo al pabellón azul en la isla de El Frontón. Los relatos están fuertemente contextualizados y siempre se inclinan por narrar la convivencia de los subversivos con las clases sociales más bajas, demostrando que estas apoyaron directa e indirectamente al movimiento subversivo. 
          Se puede hallar entre sus líneas, cierto deseo e ímpetu por rebelarse o mostrar los errores más graves (como el dogmatismo emergente) de la entonces directiva de Sendero Luminoso. 
        “(…) - Pero, ¿cuál es principal? Me parece forzado el ahorcamiento.
           - ¿Está cuestionando la directiva, compañero?
         - No se trata de cuestionar, sino de analizar las cosas con amplitud y expresar con claridad las                ideas. La consigna no deja dudas, pero el gallinazo… no me parece.”
      La conversación se extiende y se aclara que al protagonista el Partido lo ha relevado de sus cargos por cuestionar constantemente. Esto, desde el ámbito sociológico nos da una muestra palpable de las grandes contradicciones dentro del movimiento subversivo que en la mayoría de los casos se terminaban por silenciar, debido al contexto. Literariamente, podemos ver reflejado el espíritu de Gilbonio, quien trata de desprenderse de ese pasado, de mostrarlo como un episodio erróneo, pero no puede dejarlo ir, todavía algo lo enlaza a esa etapa y le duele (de ahí que esa añoranza al pasado, me recuerde a los románticos).
      Otro diálogo que muestra esa misma rebeldía en el intestino del movimiento, se da en el último cuento titulado “Últimos albores con Livia”, que trata parte de lo acaecido en el penal de Castro Castro el año de 1992. Tenemos también que Gilbonio ha provisto de una caracterización heterogénea a sus protagonistas; son estos del pueblo y se han unido al movimiento más por sentimiento que por ideología; sin embargo, contrastan con su espíritu de sacrificio, como si hubiesen sido forjados para dar la llamada “cuota de sangre”, pues no se rinden ni caen en la traición, lo que les conduce a finales trágicos, convirtiéndolos en víctimas de las peores atrocidades cometidas por el otro bando (el Estado). Esta tragedia llega al clímax total en “Semilla”, donde su narración se torna cruda para transmitir el dolor de una mujer gestante, torturada sin piedad. 
       Su prosa es sencilla, fluida e intensa, sin ambages ni decoraciones vanas, cuidando la estética para poder introducirse en el espíritu del lector, a la vez que utiliza constantemente el flash back, al cual intensifica en el último cuento, donde además combina las técnicas narrativas modernas, que lejos de disminuir la calidad, lo engrandece y lo intensifica. 

Comentarios

Más populares

La última estocada....

Los cuentos embrujados y norteamericanizados de Roncagliolo