Marxismo...marxismo...Marx....

    Por: J. Miguel Vargas Rosas

    Se ha utilizado tanto a Marx y el Marxismo, que uno parece ser un chiquillo extraviado en alguna fiesta pública, caminando de un lado a otro buscando al señor Marx porque dan distintos paraderos de él. En esta etapa de nuestras vidas hay “marxianos”, “marxistas demócratas”, “marxistas radicales”, “marxistas ortodoxos”, “marxistas de la bolsa de valores”, “marxistas del siglo XXI”, “marxistas lacanianos”, “marxistas ultranacionalistas”, “marxistas socialdemócratas”, “marxistas en pro de la propiedad privada”, “marxistas pro diversidad de género”, “marxistas etc.”, pero todos estos marxistas en algún punto o en alguna parte aseveran haber “superado al propio Marx” o a los más grandes marxistas como Mariátegui y según ellos Marx “aún tiene vigencia aunque ya no tanto”. Nos encontramos ante “revolucionarios” de “revolucionarios”, quienes piensan “revolucionar” ya no el sistema únicamente, sino también las teorías revolucionarias y en su intento de revolucionar a revolucionarios les quitan lo netamente revolucionario como quien quita la esencia revolucionaria de una revolución. Sí, resulta confuso, pero es así como plantean sus tesis los “superadores” de Karl Marx, y los “superadores” de Mariátegui en el Perú. Para ellos "superar" es "asesinar", dar por muerto a lo que se ha superado, aunque la superación consiste en otra cosa.  

     Todo esto nos plantea la acuciosa tarea de volver a los textos de Marx, Lenin y Mao Tse-tung, los llamados clásicos del marxismo, así como a Mariátegui —fundador del marxismo en América Latina —, porque ya en la década de los 60 para adelante fue forjándose una corriente a la que la propia CIA denominó “Nuevos filósofos”, quienes se declaraban “marxistas” pero su “marxismo” no golpeaba ni dañaba en lo más mínimo los intereses del capitalismo de sus países y del imperialismo global. Así, mientras a Ernesto Guevara de la Serna lo acribillaban después de capturarlo, dichos “marxistas” reestructuraban toda la teoría marxista y algunos decían que el “marxismo” de Marx ha perdido su esencia, pero tiene algunos puntos de vigencia”, a la par que otros sentenciaban que el “marxismo” de Marx “debe ser adecuado a los tiempos modernos que ya no son sus tiempos, por lo que muchos planteamientos suyos son obsoletos”; otros plantean “que el proletariado no es la clase que hará la revolución como tal, sino que trata de asumir el rol que le dio el marxismo aunque este no sea su rol verdadero”, lo cual sirvió para fundamentar que el marxismo no se basaba en lo real —quitándole de esta forma su carácter científico—, sino más bien el pensamiento de Marx influenciaba en la realidad— arguyendo aplicación del psicoanálisis lacaniano, convierten la teoría científica de Marx en un conjunto de proclamas motivadoras nada más.

    Precisamente en diciembre de 1985 un desclasificado de la CIA plantea con respecto a los intelectuales de la llamada izquierda y a estas nuevas voces del marxismo lo siguiente: “Existe un nuevo clima intelectual en Francia, una especie de antimarxismo y antisovietismo que hará difícil para cualquiera movilizar una opinión intelectual significativa contra las políticas de los Estados Unidos”, y en el mismo texto se enfatiza «Entre los historiadores franceses de la posguerra, la influyente escuela vinculada con Marc Bloch, Lucien Febvre y Fernand Braudel ha avasallado a los historiadores tradicionales marxistas. La escuela de Annales, como es conocida por su principal publicación, ha dado vuelta la investigación histórica francesa, principalmente desafiando primero, y rechazando después, las teorías marxistas del desarrollo histórico. Si bien muchos de sus exponentes pretenden que están dentro “de la tradición marxista”, la realidad es que solo utilizan el marxismo como un punto crítico de partida […] para concluir que las nociones marxistas sobre la estructura del pasado –de relaciones sociales, del patrón de los hechos, y de su influencia en el largo plazo – son simplistas e inválidas*.» (Resumen Latinoamericano. La CIA y los intelectuales franceses. 2017) Como vemos, asistimos a una época de apogeo del revisionismo, y precisamente como parte de la política del imperialismo — respaldada principalmente por USA— es que la CIA y los medios de comunicación no solo dan cabida a estos seudomarxistas, sino que también los difunden mundialmente. 

    Esto acontece en primer lugar con Foucault, Hannah Arendt, Milovan Djilas, e Isaiah Berlin, a quienes la CIA les compró miles de ejemplares para su difusión y por otro lado la Fundación Ford financió a Lucien Febvre y Fernand Braudel. Entre estos, en los tiempos modernos, podríamos bien colocar a Zizek. Todos ellos sobresalen no precisamente porque sean “subversivos”, “antisistema”, sino más bien porque son “pro-sistema” y de esa manera pueden colgarse de la prensa burguesa mundial.

    

¿El marxismo tiene vigencia?, sí porque la lucha de clases se desata con mayor energía que antes, porque su teoría filosófica se alimenta de la ciencia — materialismo histórico y materialismo dialéctico —, porque sus postulados económicos no son contradichos por la realidad. Pero el marxismo ha muerto, claro que sí, ha muerto tal como lo exclamó Mariátegui en su “Defensa del marxismo”, ha muerto en la teoría de los revisionistas, porque el marxismo no puede vivir en la metafísica, en la falsedad capitalista, ni en el idealismo filosófico, salvo como un fantasma horroroso que les hace temblar de pies a cabeza y estos filósofos lo dan por muerto porque necesitan el cadáver del marxismo para imponerse sobre este, necesitan matar imaginariamente al marxismo para no encontrar una férrea oposición científica, aunque saben muy bien que la realidad los condena a perecer. Demostraremos la vigencia del marxismo en la objetividad mundial, en sucesivos artículos en debate y lucha constante contra dichos revisionistas, desmintiendo a su vez muchas de sus afirmaciones.


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 *El subrayado es nuestro. 


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