El inmoral Eisenstein

   Por: J. Miguel Vargas Rosas

          Navegar entre las memorias inmorales de Serguei Eisenstein, es entrar a una variabilidad de culturas y experiencias múltiples. Su ternura colindante con lo oscuro, tiende a una ternura infantil y loca, pero a la vez madura y serena. Sus memorias muestran el amor incomparable que le tiene a su patria socialista, a los líderes de esta (Lenin y Stalin). Además nos muestra una realidad fuera de la Rusia soviética, donde impera la falsedad y, la marginación contra él por el solo hecho de ser un soviético.
         Pero esa marginación y ese odio profundo contra su persona y contra todo aquel que ose llamarse soviético, proviene de las clases gobernantes de occidente, mas no del pueblo. Así lo narra él, sobre todo cuando detalla su visita a Francia, aquella tierra de artistas. Esa tierra donde le cancelan la exhibición de su película por "atentar contra el orden público" ya que es soviética; lo persiguen como a un demonio al que quieren queman, pero el pueblo francés lo respalda. Es su imagen ya conocida a nivel mundial. El pueblo francés se indignan y exclama "Tratar así a un artista es lo peor"; lo reciben en sus casas y ríen con él, demostrándole su más grande admiración.
           Eisenstein descubre que una de las noticias que prolifera por Europa y Norteamerica es que los soviéticos no ríen ni sonríen, son hombres fríos a causa de la dictadura que impera en su país. Él se mofa y ante una audiencia de franceses indignados, la única arma que utiliza contra el odio intenso de sus enemigos, es la risa. Logra arrancar la risa de la audiencia, esa audiencia que no puede creer cómo un socialista es tan feliz. Se dan cuenta al instante que los han mentido durante mucho tiempo.
         Le niegan la entrada a Hollywod, pero él espera y persiste y lo logra. Entra a Hollywod. Nos muestra su amistad con grandes artistas de la época como Charles Chaplin, a quien aprecia de sobremanera. Sus memorias que no son sino la recopilación de varios textos biográficos que escribió de forma desordenada, tienen un tono poético por momentos, por otros un ritmo romántico y a veces un tanto jocoso.
          Se asoma a la crítica literaria y él mismo se vuelve un escritor. Cuenta sus anécdotas de cómo fueron sus creaciones cinematográficas, de lo cual se desprende que es todo un acto estoico y complejo la creación de cine. Su inmoralidad consiste precisamente en la moral rayana con la locura, de ese tipo de moralidad que detesta el sistema capitalista que ha mantenido (según sus memorias) en la más grande opresión cultural y en la ignorancia de conocimientos a las masas populares, engañándolos mediante sus medios de comunicación.
        Quiere a México, ese México contestario y rebelde, ese México que detesta la muerte y que ama la vida, aquel que se enorgullece de su cultura ancestral. 
      Nos legó sus grandes obras, sus magníficos aportes al desarrollo del cine. Su genialidad no conoce tiempo de caducidad  ni límite espacial. Su locura "inmoral" nos transmite el mensaje de amar a la vida y a la vida de los demás. De su amor a una sociedad socialista como la Rusia Soviética, emana un amor a la esperanza, esa esperanza que no debe apagarse jamás en nuestros seres. 
      Fue un artista íntegro, capaz de filosofar en sus páginas, de criticar literatura y hasta analizar la política y economía que rige el actual sistema.
             Su vida, sencillamente se expresa por la frase que él tanto deseara que lo representase: "Vivió, meditó y se apasionó"; su apasionamiento y su agradecimiento siempre fueron hacia las masas populares, incluso cuando se refiere a su obra monumental titulada "El Acorazado Potemkin", del cual dice que el mayor inspirador y el mayor apoyo fue el del pueblo ruso.
           ¡Inmoral e inmortal Eisenstein por siempre!....


           
          

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