Zarandeando con "Zarandeada" de Mapy Kruger

       Por: J. Miguel Vargas Rosas

         No podría considerársele como una novela, pues no cumple con la estructura conceptual de la novela común y corriente (lo que le hace más interesante aún). Tiene historias que, desconectadas de las demás historias, podrían ser perfectamente entendibles e incluidas dentro del formato de cuento. “Zarandeada” es un libro escrito con un registro informal y posee un buen porcentaje de estética, pues intercala los relatos con pasajes de poesía narrativa más que de narrativa poética.
  Ahora bien, tiene desde mi punto de vista, unas cuantas fallas en la secuencia del tiempo gramatical expuestos en los verbos, pero se realza al manejar de forma fogueada el intercambio del tipo de narrador. Su lenguaje es fluido, coloquial, sencillo e incluso deja entrever una finura propia de los artistas sutiles y de la aristocracia. Toca el tema de la guerra interna, aunque no va a continuar con esta temática más que como un soplido. La narración se pierde entre vericuetos que por ratos se hacen extensos y solo retorna al tema de la guerra interna para concluir el libro, lo cual a mi parecer hace que baje un poco la calidad. Hay entonces, en la autora una vacilación en cuanto al propósito de su obra, pues por ratos trata de ser infantil o para niños; en otros momentos se hace juvenil o para jóvenes y en otras ocasiones quiere ser social, aportar a la sociología. No alcanza a definirlo bien ni fundir todos estos propósitos en uno solo, sino que los separa y esto podría ser una debilidad, sino fuera porque Mapy Kruger lo vuelve un texto muy personal, casi como quien cuenta a una amiga una historia y se extiende a otras etapas de su vida sin respetar el tiempo lineal ni el tema principal (pero ojo, al extenderse hay que tener mucho cuidado en alargar la historia, porque no es lo mismo una historia larga que alargada y aquí vi que un par de las historias fueron alargadas sin necesidad). 
“Zarandeada” mantiene su prestigio porque toca muy brevemente la situación sociológica del país antes y durante la guerra interna que se desata en mayo de 1980, en cambio se interioriza en la psicología de una de los personajes y nos muestra la otra cara de esa guerra, es decir, nos muestra ya no a los combatientes que supuestamente tenían una alta consigna ideológica, sino a algunos jovencillos de clase alta que decidieron apoyar a lo que se llamaba la revolución comunista en el Perú.
El libro de Mapy Kruger, se podría definir como un punto de quiebre en la literatura que se asoma a escrutar la guerra interna del 80. La protagonista, Tuca, es tratada con suma delicadeza por la autora; pareciera haber un lazo de mucha hermandad entre la autora y su creación. El lenguaje que ambas utilizan, es semejante en su delicadeza, sus jergas, su apacibilidad, cortesía, habla de alta alcurnia, etc. Vemos en Tuca, que es víctima de sus propios padres quienes le quieren obligar a volverse burgués desde pequeña, pero ella no entiende y es víctima de la soledad al ser depreciada debido a su espíritu filósofo (ya que todo niño tiene ese espíritu). 
Es esa marginación, es ese sentirse no querida, lo que afecta la psiquis de Tuca y su subconsciente más que el consciente va procesando un estado de rebeldía, porque simplemente detesta el ambiente en el que se desenvuelve, donde no es apreciada desde niña porque, como toda niña, fue revoltosa. Si bien es cierto que Mapy trata de salvar a su personaje narrando partes en las que esta, nota las diferencias clasistas, la explotación del hombre por el hombre, nada le quita que su personaje ha creado un recelo en sí y busca por ende una salida al despotismo de sus padres, busca encajar en un lugar donde su espíritu que empieza a considerarse libertaria se sienta también libre, grande y apreciado. 
Esa misma rebeldía hace que Tuca, ya en el extranjero (pues goza de todos los privilegios), siga emancipándose, producto de un engreimiento inconsciente mientras su consciente busca ser considerada, ser alguien. Mapy presenta a su personaje de esta manera y tal vez la propia autora no se percata que esto es lo que demuestra, porque vive también en ese inconsciente de su personaje. En este aspecto Mapy es demasiado psicológica. 
De ahí que la historia se enrumbe hacia otras cosas. Se enfoca en la personalidad y las peripecias de Tuca, porque quiere lógicamente seguir siendo considerada y así batallar contra esas marcas que le persiguen desde la infancia. Mas también quiere ser rebelde, porque su ambiente familiar jamás le permitió ser lo que quiso ser y comparó esto con el sufrimiento de los mas, por lo que cree que tiene cierto deber. En política,  se llamaría a esto la vacilación pequeñoburguesa y es cierto, Tuca vacila, no sabe qué camino tomar después de haber participado indirectamente en la guerra interna de 1980 y si bien es cierto, nos da indicios de que finalmente rompe con el grupo subversivo, no nos da ni pequeñas sendas de luz de qué es lo que ella puede o quiere hacer para con las masas, sino que se enfrasca en su interior, en su engreimiento, en su ternura casi infantil.
Es admirable el lenguaje que emplea Mapy Kruger al desarrollar este libro, es tan fresco, tan tierno, tan femenino como el espíritu de Tuca. Creo que es una obra muy distinta a lo que se ha escrito hasta ahora sobre la guerra interna del Perú. Es breve, fugaz como el viento y claro que te deja una sensación que sigue palpitando después de días de haberla concluido..
No quiero aburrir al lector, así que, solo resta decir, que salvo los errores que yo considero, “Zarandeada” es una obra literaria experimental sugerente. 

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