Narración de una entrevista

   La siguiente narración relata la entrevista que se hizo para un documental, del cual ya daremos mayores detalles:
      Me pide aún no grabar nada. La luz es tenue. Se sienta y conversamos un poco sobre el contexto político, sobre lo mal que anda la izquierda electorera del país. Luego nos remontamos a los bombardeos cruentos de Estados Unidos contra Vietnam y regresamos a la actualidad, a los pobres del Perú y América Latina y a la situación venezolana. Después toma su guitarra y la rasca con tanta destreza que hace brotar bellas melodías. Con su voz algo agobiada canta "Por un plato de lentejas". Él lo ha musicalizado o está en proceso de ello. El autor de aquel poema, es un viejo amigo suyo, asesinado en 1986 (cuya vida es motivo del documental). Enciendo la cámara y dejo que grabe a lo natural, con poca luz. Estamos frente a frente. "Él no era senderista. Era un poeta. Apoyamos con nuestro arte a la huelga del 77"; asegura y cuenta anécdotas y episodios entre graciosos y serios. La historia se hilvana hasta hacerse más desgarradora. "La pregunta sería, dónde están - se refiere a junio del 86 - Después del bombardeo, los "repasaron". Casi nadie sobrevivió"; sus ojos enrojecen y la voz se le quiebra un poco. "Me cuesta aceptar que un cambio debe darse con violencia "; vuelve a tomar su guitarra y canta una de sus propias composiciones. "Él sabía que lo seguían, que lo cercaban ya. Lo peor, que yo no podía invitarle a veces a comer, porque no tenía economía tampoco y encima yo ya tenía mujer e hijos"; cuenta. Asimismo me asegura que su amigo era tímido pese a tener una enamorada. Sabe que mi cámara está grabando y pide que no muestre algunas cosas. "A un obrero que lucha, a un líder de la masa, jamás debemos mostrarlo débil, porque eso sería una alegría para nuestros enemigos "; agrega que su amigo, desde la poesía, también era un líder. Hemos pasado más de cuatro horas conversando y finalmente me muestra una escena del documental "Desde el lado del Corazón" de Francisco Adrianzén, esa escena la musicaliza él con una composición propia, muy social y muy bella. Aprieto el botón disparador y sale una foto, distorsionada por la poca luz. Nos despedimos, estrechándonos las manos y mientras camino por la Lima gris, entiendo que prácticamente sigo siendo un escritor pequeño burgués al lado de ellos. Las imágenes no me dejan dormir y escribo esto. Es de madrugada, hay un silencio profundo. La ansiedad y la melancolía gobiernan en la oscuridad...

Escribe: J. Miguel Vargas Rosas

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