Electricidad adulterada

 Por: J. Miguel Vargas Rosas    

    Con justa razón, Fernando Savater sentenciaba: “El robo está siempre asociado a la idea del poder”; el COVID-19 ha sacado a relucir todos los robos habidos y por haber en Perú y en gran parte de América Latina, pues en los países donde el virus ha golpeado con fuerza, los gobernantes tratan de culpar a la pandemia y a la cuarentana de la crisis política-económica, negando que esta se originó tras largos años de padecimiento de “Neoliberalismo” y de la corrupción que es inherente a este. Esto es así, porque en los discursos pre-pandemia se mentía con cinismo a la opinión pública, proclamando “riqueza de naciones”, mas parafraseando a Karl Marx en “El Capital”, Tomo I, podríamos aseverar lo siguiente: La riqueza de las “naciones” lleva consigo la pobreza del pueblo; habrá que señalar con puntualidad que la democracia en el sistema actual, implica democracia solo para unos cuantos y dictadura contra la mayoría social.
Hablando de robos, uno de los más descarados ha logrado movilizar de indignación a un alto porcentaje de la población limeña, sobre todo a los que habitan en los llamados conos (Comas, Villa el Salvador, Villa María, San Juan de Miraflores, etc.), dado que las empresas privadas “Enel” y “Luz del Sur”, proveedoras del servicio eléctrico a esos distritos, han sorprendido a sus clientes. En el mes de Junio los ciudadanos percibieron un incremento de 500 a 700% aproximadamente en sus recibos – dato proporcionado por la Asociación de Usuarios y Consumidores de Lima-Norte – lo cual sorprendió y puso en una situación de  zozobra a los consumidores. Además, en la carta abierta de dicha Asociación se especifica que, con respecto a los recibos correspondientes a los meses que se estuvo en cuarentana, las empresas no hicieron lectura de medidores. 
Sabemos que las empresas privadas de energía eléctrica (las tres principales), a través de triquiñuelas han podido hacerse con un casi monopolio en este rubro y manejan los precios a su antojo, puesto que se declaran como “monopolios naturales”. El caso de “Luz del Sur”, encargada de abastecer electricidad a casi todo el cono sur, tiene como su mayor inversionista a la norteamericana Energy con un 83,6 %. Por su lado, Enel tiene como mayor inversionista al Estado italiano, con un 25% aproximadamente del capital social. Sin embargo, desde el 2017 “Luz del Sur” como “Enel” dependen de IC Power (empresa perteneciente al israelí Edan Ofer), quien les abastece de luz eléctrica a un precio millonario. IC Power sería el tercer operador eléctrico más grande del mundo, y controla un monopolio de servicio de energía eléctrica y gas en el Perú, pese a que esta antepuso una demanda contra Perú porque el gobierno  presuntamente atentaba contra el tratado de libre comercio con Singapur, ya que IC Power tiene su sede central en dicho país. La demanda impuesta en el 2019 ascendería a una suma de 150 millones de dólares que el Estado peruano debió pagar a dicho conglomerado eléctrico. 
Acudimos entonces a la creación de un gran monopolio, que tiene en jaque a la población peruana, y cuyos beneficiarios son capitalistas extranjeros. Electro Perú también depende de IC Power, increíblemente. Si bien es cierto, IC Power se hizo con el monopolio de Gas y Electricidad en el país gracias a la venia del gobierno en el 2018, esto (la monopolización de la electricidad) hubiese ocurrido tarde o temprano dentro de un modelo liberal. No se trata de darle aquí la razón a los postulados de Smith. El monopolio se hubiese forjado a través de la centralización y acumulación de riquezas – lo cual explicaremos en otra oportunidad, por no ser un tema que nos ataña ahora mismo. Así pues vemos que esta realidad nos lleva también al carácter retrasado del país, porque al no desarrollar las industrias, tecnologías y fabricas necesarias para el progreso relativo de la economía nacional (en palabras sencillas, debido a nuestro carácter semicolonial), es que el Perú se ata a las empresas de capital extranjero y a los monopolios internacionales.  
Esto es uno de los motivos por lo cual debemos apoyar con ahínco la movilización actual de los ciudadanos de Lima, asaltados con premeditación y alevosía por las empresas de servicio de luz eléctrica. En tiempos caóticos, los ladrones aprovechan en saquear a los ciudadanos para camuflarse con mayor facilidad en medio del caos



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