LA HUELGA DEL TERROR

          “Los profesores en huelga, son terroristas”, exclamó hace poco un representante de la facción del SUTEP, Alfredo Velásquez, mientras que la constitución política estipula incluso “el derecho a la insurgencia en caso de dictaduras”.El título de “terrorista”, los dictadores, lo llevan hasta al baño y en cuanto hay un ruido en la taza del váter, el sonido es acusado de ser un “misil terrorista”.A estas alturas, el único terrorista por estas tierras, es la clase gobernante, que vende su propia patria y desencaja con el clamor de las masas populares.
Según estas vociferaciones, miles de profesores que están en huelga, serían terroristas. En conclusión, habrá que barrer con todos, mientras que el ejecutivo se sienta en su trono de plata, con los labios sellados, siendo cómplice de tanta estupidez y en vez de asumir la presidencia del Perú, parece un cronista de fútbol narrando los acontecimientos en países extranjeros, como en Venezuela. Hasta el momento, PPK no ha dicho nada relevante ni nada sustancial sobre la huelga. Con respecto a la huelga, solo ha manifestado que “se está rompiendo la democracia en Venezuela”. La pregunta es, ¿cómo puede hablar de tales cosas si al hacerse el ciego sobre la situación tensa por la que atraviesa el país, también se está violando la democracia en nuestra nación?
Resulta entonces que tenemos una huelga propulsada por el terrorismo, cuando en todas las provincias se es bien conocido que, la están convocando las bases de los sindicatos. En Huánuco, durante mi estadía, se inició la huelga indefinida, convocada por las bases regionales del sector sur: Cusco, Puno, Ayacucho, Junín y Huánuco. Desde el 31 se ha radicalizado. El ausentismo a las clases escolares, mientras tanto, ha sido del total. En dichos lugares, Patria Roja se ve como un estorbo más que un avance para la lucha del profesorado.
El Movadef, en Huánuco, no existe ni siquiera como fantasma. Entonces, ¿se podrá hablar de “terrorismo”? Son los maestros los que se han levantado una vez más, exigiendo los derechos a un pago por preparación de clases, el aumento de sueldo, teniendo en cuenta que es en el Perú donde se tienen a los profesores con los sueldos más bajos.
  La inversión en la educación, es otro tema que los maestros huelguitas, han puesto sobre la mesa. Durante un largo periodo, el sector de educación ha sido prácticamente olvidado. Una inversión mísera e incluso casi nula, mientras nos intentan hacer tragar el cuento de la superación peruana. Entiéndanlo de una vez, sin una correcta educación no podrá progresar ninguna nación, sin embargo, también debemos recordar a José Carlos Mariátegui, más vigente que nunca, cuando señala y puntualiza: “No se puede democratizar la enseñanza de un país, sin democratizar su economía y por ende sin democratizar su superestructura política”.
La clase gobernante, siempre burocrática, no puede hacerle frente a unos reclamos justos y correctos, no puede darle la cara, sino simplemente tilda de “terroristas” a aquellos que luchan por el cumplimiento de dichos derechos y, con el cuento del aumento en el próximo año, tratan de tomar de idiotas a los que enseñan. Mientras no se cambie esa política, no se podrá pues, hablar ni si quiera en un tiempo cercano, de una transformación del sistema educativo. Nuestra superestructura política se basa en ser colonia y por ende, es necesario que los gobernantes, nos tengan con una educación por los suelos. Por eso, la protesta de los maestros, es un despertar de las masas, es un grito hendiendo la ignorancia, surcando el firmamento, como parte del proceso para la construcción de un Perú nuevo dentro de un mundo nuevo. 
Esta huelga duele, cala en el alma de los poderosos, porque es una contundente desde tiempos del fujimorato, que buscó a diestra y siniestra finiquitar con la labor del sindicato de los profesores, consiguiéndolo parcialmente. Mientras tanto, en la selva, los profesores que acatan la huelga hoy en día, asciende a la cifra del 80% aproximadamente. Aguaytía se moviliza, Pucallpa alza su bandera, Tingo María se suma. Si es que Lima se pone a dilucidar si debe aunarse a esta protesta, deberá seguir la correcta línea de no solo unirse, sino radicalizarla.
Sí, señores, estamos ante una huelga del terror.  Sí, son los pueblos, estudiantes y profesores los que se han alzado, en protesta justa y correcta, causando terror a los que dominan, a los que hacen y deshacen, sin respetar la voz poppuli. Es la voz del pueblo el que grita ahora desde las calles contra el gobierno del fujimorato (porque PPK se atascó con el cuento de Venezuela y no dio la talla para el cargo), que no puede acallar ya las voces de lucha, justas y correctas.

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