¿Seguimos siendo los derrotados de antaño?

 Por: J. Miguel Vargas Rosas

Somos los derrotados, pues perdimos una guerra antiquísima y nuestros dominantes eran españoles a quienes consideramos en  un momento relampagueante, dioses que traerían el progreso, pero luego fuimos dándonos cuenta que eran demoniacos y destructores. Seguimos siendo derrotados, incluso ganando la independencia de ese opresor, porque perdimos la libertad frente a los ingleses que empezaron a colonizarnos económicamente. Luego vino esa sanguijuela que nos persigue en el transcurrir extenso de los siglos, Estados Unidos de Norteamérica. No es novedad que las clases dominantes de ese país hagan volar aviones de guerra por territorio peruano y conspire contra gobiernos que intenten aplicar una democracia más amplia en Latinoamérica, so pretexto de pacificar nuestras tierras. Desde siglos atrás, nos siguen narrando el cuento de hacer el signo de la cruz y repetir las parábolas bíblicas para hallar la salvación, mientras las grandes potencias confabuladas con la religión han sustituido Las Cruzadas, las Biblias y los símbolos por avionetas, tanquetas, tropas armadas hasta los dientes, violaciones de derechos humanos  para seguir evangelizándonos en la paz y la prosperidad, paz y prosperidad que parecen alejarse cada vez más o para ser más exactos “que parecen alejarse más con cada bombazo, invasión o golpe de Estado”.

 Si el Perú es una semicolonia, constituido en un escudo de la derrota, sus presidentes y sus congresistas no son sino marionetas controladas por otro mundo u otras manos que casi no alcanzamos a ver. Y si el Perú no ha cambiado de titiritero gobernante, todos los presidentes que pasaron por su historia – salvo Velasco, a quien tuvieron que destituir con otro golpe de Estado orquestado por Bermúdez bajo las órdenes de USA y direccionado por el APRA -, fueron súbditos de ese rey que entra ahora en una crisis escabrosa, pero sacude la coleta tratando de subsistir como hegemonía mundial. 

Actualmente, siguen las mismas manos controlando el hilo de las vidas del Perú. A raíz del show mediático armado entre el congreso y el ejecutivo, representantes ambos de dos bandos del mismo sistema, algunos intelectuales que olvidan ver la historia real de este mendigo sentado en un trono de oro, han pregonado con énfasis la personalidad (para ellos ejemplar) de Belaúnde Terry y la alta traición de la cual fue objeto su memoria por parte del partido Acción Popular y olvidan que el distinguidísimo presidente Terry decidió firmar una conciliación con la IPC (Internacional Petrolum Company) por presión precisamente de sus titiriteros y en vez de cobrar la inmensa deuda a la compañía extranjera, elaboraron un acuerdo por el que el Perú se conviertía en deudor y tendría que pagar más de 10 mil millones de dólares en efectivo por las viejas instalaciones de dicha empresa. Esto y otros acuerdos entreguistas estaban plasmados en la famosa página 11, que desapareció misteriosamente y por la cual el entonces norteamericano PPK fue acusado de haberla hecho desaparecer. He aquí que Belaunde Terry no fue traicionado por su partido, pero sí traicionó al Perú. Esto sin mencionar las matanzas ordenadas por el distinguido ex presidente en su primer gobierno y la represión sanguinaria con la que inició su segundo mandato. Era de esperarse que Acción Popular se volviera con el tiempo aprofujimorista por sus semejanzas políticas. No hay nada por lo cual sorprenderse. 

Todos metidos en un mismo saco acuden al congreso. FREPAP, pro-fujimorista, se enriqueció con el gobierno del fugitivo Fujimori y hoy parece liderar las encuestas, intentando hacernos olvidar que su política tiende al fascismo. UPP, liderado por un presidiario cuyos ideales nacional-extremistas y desactualizados, lo condujeron a terminar como un recluido común sin discurso correcto en defensa de sus principios, está repleto precisamente de ex presidiarios comunes y de representantes de la derecha más recalcitrante. Los demás partidos tienen un historial delictivo propio de la burocratización y del capitalismo, mostrando con orgullo el tinte más radical de la derecha pituca en su frente y en sus discursos simplones. Por otro lado, se encuentra la izquierda caviar enquistada de forma indirecta en el gobierno desde hace mucho, y que se presta a los escándalos electoreros tan solo para mostrar su espíritu endeble y de clase alta que solo siente compasión por los más pobres. Es pues esa izquierda que da mayor cantidad de dádivas a un pueblo hambriento. 

Seguimos siendo los derrotados. Esos que un día vieron llegar a hombres blancos, con barbas y caballos. Esos derrotados reflejados en las novelas de Scorza y Arguedas. Pero mientras nuestra derrota sea momentánea o relativa, y no nos hayan destruido, podemos alcanzar los sueños anhelados de una patria libre, borrar nuestro pasado y presente embarrados de derrota. Solo si dejamos nuestro pesimismo porque la ceguera ya la abandonamos y solo si nos despojamos de nuestra pereza de encomendarnos a unas elecciones en donde los candidatos son lo mismo de lo mismo de siempre, transformaremos este Perú en el Perú que muchos y tantos soñaron y soñamos. 


PD. Vizcarra representa el continuismo, mintió al pueblo, traicionó a su ciudad natal, mandó a reprimir con balas a los pobladores que se opusieron a la minería, e ingresó a elecciones precisamente con un traidor de los peruanos.  


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