Relato 3 - El Buitre del amor

 Por: J. Miguel Vargas Rosas

    El siguiente relato forma parte de la historia huanuqueña. Es la única del conjunto de relatos que publico a través de este blog, que es real. Eran mediados de la década del 70. La guardia civil de entonces se chocó contra un suceso extraño. Una mañana, casi de madrugada, el sereno que patrullaba cerca del puente Higueras o Tingo, distinguió los zapatos de un hombre a orillas del río. Pensó que era algún parroquiano que se había quedado dormido vencido por su embriaguez. Sin embargo, al acercarse se dio con la sorpresa de que se trataba de un cadáver, cuyo atuendo estaba embarrado de sangre. Corrió a llamar a la guardia, la cual llegó presurosamente. Media hora después de haber iniciado las indagaciones encontraron metros más allá el cadáver de una joven mujer, que al parecer habría sido la pareja del hombre asesinado. Ambos tenían un profundo corte en la yugular. La mujer estaba semidesnuda sobre el charco de su propia sangre, con indicios de haber sido ultrajada sexualmente. 

    A la semana, los guardias informaron sobre el hallazgo de los cadáveres de otra pareja, asesinados con la misma modalidad, salvo que esta vez el hombre presentaba rasmillones y signos de haber sido golpeado. La mujer se encontraba desnuda y tenía sendos cortes en el vientre, con signos de violación sexual. Las investigaciones se iniciaron. Los periódicos de la época informaron acerca de los dos asesinatos perpetuados en el mismo lugar. Fueron estos los que pusieron como nombre "Buitre del amor" al asesino cuya identificación era un misterio. Eso no fue todo. A la semana siguiente la guardia reportó otra pareja asesinada. Esta vez los dos habían sido degollados juntos, cerca de la acequia que se conectaba al río. La policía decidió patrullar la zona todas las noches y un guardia cuidaba los alrededores en las mañanas .

    Las muchachas empezaron a temer por sus vidas, pues las féminas siempre eran violadas antes de que les cortaran el cuello. La última mujer tenía el rostro lleno de hormigas, las cuales se paseaban por las extremidades y por su vientre desnudo. Poco a poco se alzaron leyendas, que recorrieron cada rincón de Huánuco, atemorizando a sus habitantes quienes preferían ya no transitar en las noches por las calles colindantes al puente Higueras. No faltó una pareja incrédula que decidió ir a besuquearse entre los matorrales de lo que hoy vendría a ser "La laguna Viña del Río". Al instante una sombra tomó por el cuello al hombre y tras forcejear le cortó la yugular con un cuchillo de cocina. La mujer gritó estruendosamente, mirando los ojos abiertos desmesuradamente de su enamorado y la sangre saltando violentamente de su cuello, antes de que las manos del asesino la sujetaran del brazo. Ella cayó al suelo, se arrastró, forcejeó creyendo que no volvería a ver el sol de las mañanas. Así que arañó, manoteó y se revolcó, haciendo hasta lo imposible para defenderse del Buitre del amor. 

    Lo cierto es que ella fue la única mujer que se salvó, pues la guardia apresó en ese momento al Buitre, a quien condujeron esposado hacia el calabozo del poder judicial. Una ambulancia socorrió a la joven, haciendo resonar su sirena que se entremezclaba con las sirenas de los patrulleros policiales. No revelaremos el nombre de El Buitre del Amor en este relato; solo se supo que purgó una condena y luego fue liberado a medios de los años 80. No hay datos ni siquiera ligeros en internet, lastimosamente, pero los sucesos son verídicos.  



     

   


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