LA PARTÍCULA DE DIOS

     Por: J. Miguel Vargas Rosas

            Einsten se vio limitado a su avanzada edad.
            Empezó a dudar hasta de sus propios avances y sobre todo de los avances de la física cuántica y otras ciencias. El motivo era simple y sencillo, había en Albert Einstein más preguntas que no podía resolver; que le costaba responder de forma científica.
          El gran Einstein había indicado que la energía estaba relacionada con la masa, pero jamás pudo descubrir o resolver con sus ecuaciones de dónde provenía esa masa que hacía que ciertas partículas subatómicas tuvieran más masa que otras. 
         Una de las preguntas que atormentaban a los físicos, por ende, era de dónde provenía esa masa que envolvía a las partículas subatómicas que están consideradas dentro del Modelo Estándar de Física de Partículas, la cual fue propuesta en los años 60 por Abdus Salam, Glashow, Wimberg y otros, Modelo Estándar que fue pulida y establecida en los años 70 de forma más sistematizada.
     La física había evolucionado hasta entonces a pasos agigantados; todos sabíamos de qué estábamos compuestos los seres y era de átomos y sabíamos también de qué estaban compuestos los átomos: electrones que orbitan alrededor del núcleo; de núcleo que está conformado por protones y neutrones, los cuales están hechos de Quarks. Después se descubrió que los Quarks tienen partículas subatómicas más pequeñas como los UP, Down o Charma, Strange, etc. 
      Además se había descubierto que las partículas subatómicas tenían diferencia en cuanto a cantidad de masa e incluso algunas no tenían  nada de masa, por ende eran más ligeras que otras. Seguía abrumando a los físicos, a qué se debía esa bendita diferencia de cantidad de masa en las partículas. Sabíamos ya sobre las fuerzas de interacciones que indiscutiblemente están en relación con la masa y la energía, tales como la fuerza de la gravedad, el electromagnetismo y las fuerzas nucleares, pero ¿y la masa?
         No nos alarguemos, pues la respuesta a la incógnita sobre el origen de la masa en la materia, se asomaría  en 1964 cuando Peter Higgs junto a otros físicos, plantearían el hoy llamado Mecanismo de Higgs y mediante ecuaciones sólo teóricas, se hablaría del hoy llamado Bosón de Higgs como la posible respuesta a este rompimiento de cabeza. 
         Mediante esta teoría, Higgs planteaba la existencia de partículas más pequeñas que estaban en todo el espacio y el planeta, es decir en el universo mismo, que interactuaban con las otras partículas subatómicas a las cuales dotaba de masa, pero nada estaría comprobado hasta muchos años después.
       En Julio del 2012 el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), anunciaría la observación de partículas consistentes con el bosón de Higgs, sin embargo aún nada estaba dicho. Sería el 14 de marzo del 2013 con el doble de pruebas, en que el CERN anunció que la partícula descubierta en el 2012 estaba más ligada al llamado Bosón de Higgs y que por ende dicha partícula de Higgs, que dota de masa a las demás partículas, estaba al cien por cien descubierta.
        Por ende sabemos hoy en día que el Campo de Higgs permea todo el universo y es la que llena de masa a las partículas subatómicas que se encuentran en constante movimiento. Las partículas que interactúan más tiempo con este campo, tienen más masa, mientras que las que no o las que pasan velozmente, tienen cero o poca masa.
Sé que a raíz de este descubrimiento, emergen nuevas preguntas en nuestro túnel cerebral, que es oscuro pero que ya atisba la luz para muchas cosas. Esas preguntas tendrán que esperar a la evolución de la ciencia y la física, basada en sus descubrimientos objetivos, para que encuentre respuestas, por lo que ya desde el 2014 se habla de la física cuántica más allá del Campo de Higgs.
Lo que me molesta es que, atareado en otras cosas,  recién descubrí este descubrimiento en el 2015 y recién en el 2016 comento sobre ésta.


El CERN o La Organización Europea para la Investigación Nuclear, es el mayor laboratorio en física de partículas del mundo, que se encuentra en Suiza, cerca de Ginebra y próxima a la frontera con Francia. Ha sido financiada con la colaboración de 60 países; cuenta con aceleradores de partículas, cavidades de radiofrecuencias, el mismo que crea un campo eléctrico; tiene gigantescos imanes para mantener a las partículas en la interior del túnel que tiene más de 27 km de circunferencia.





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