La gangrena...

     Por: J. Miguel Vargas Rosas

    Camino. El sol irradia inclemente. Somos minúsculos cuerpos de materia, llenos de pequeñas energías frente al sol. Camino. El sol se intensifica. Un anciano, sentado al costado del poste, con las vestiduras viejas y descosidas. Lo veo, su mirada observa la autopista… Su mirada que no es mirada y añora la vida, parece soñar con un pasado fabuloso. Tal vez tuvo familia, tal vez aró la tierra o trabajó para alguien; iba de enamorado a algún lugar y acudía a bailar junto a su pareja. Anciano, ahora entiende que en este mundo la ancianidad es un delito. Sentado en el poste, su alma ya no siente a la humanidad, pues parece haberse extinguido. Su alma choca con la mía en el paradero de buses; mi alma, que es una piedra, se desgrana. Meto las manos en los bolsillos y solo un agujero muestra mi miseria.
       Sentado al costado del poste, el anciano no mira a nadie, solo la autopista, perdido en un cúmulo de pensares.Y abajo, en el tobillo, la gangrena, que se rasca con apacibilidad; pues su alma enloquecida desconoce la vida y la muerte. No hay lágrimas. Solo la gangrena, enrojecida y pútrida, que pronto le romperá la pierna. La gangrena se extenderá, devorará al hombre, a mi corazón, el alma de otro mendigo, el silencio de la llamada paz, la tierra del campesino, los socavones donde el obrero se vuelve topo. Esa gangrena se devorará el país y se comerá el mundo. La poesía se gangrenará y esta asesinará milenios de historia mítica entretejida por las civilizaciones de la edad antigua.
      Fuego. Lluvia. Noche…
      La gangrena acabará con todo, porque si el humano se pierde, se pierde el mundo.
      La gangrena es nuestra patria. Ahí nos ahogamos todos, se ahoga el gallo que canta en la mañana, las estrellas que se apagan, los perros que ladran por ladrar. En la gangrena del anciano se acaban las canas, se muere mi alma….

Comentarios

Más populares

La última estocada....

Los cuentos embrujados y norteamericanizados de Roncagliolo