Tres poemas de Flor de Lis

EL COMPAÑERO VIVE

Escribo la voz de un compañero
como los rayos del sol,
como la sonrisa de una linda señorita.
La voz del compañero
no ha muerto,
se escucha en cada paso,
en la estación,
en la brisa del mar, en un reloj con alarma,
en sueños descubiertos.
El compañero vive
en cada verso escrito y recitado,
en toda la calle de lucha, en su campo de
algarrobos,
en su tierra.
El compañero vive en cada latido de mi
corazón.
El compañero vive aquí: en mí.




AHORA BUSCO UN NOMBRE
Ahora ya no puedo
ocultarme al son de tus recuerdos.
He salido a caminar
malecón tras malecón.
Los grillos, las luciérnagas
oyen mi llanto
y mi llanto se vuelve canción,
una canción sin nombre.
Ahora busco un nombre,
un nombre para mi canción:
mi canción hecha llanto.
Ahora la tristeza me inspira a vivir,
a vivir junto a mi soledad,
y con esa soledad hay un desorden mental.
La tristeza me sonríe,
me mira y grita mi nombre,
nombre que desconozco,
mientras sucumben mis sueños,
pintando mis ojos color esperanza.

HABITACIÓN AMPLIA
Habitación amplia,
vacía.
La ventana del dormitorio está en la
penumbra
y yo estoy aquí,
como cada madrugada,
como cada mañana,
como cada noche,
con el llanto
desgarrador y desconsolado
de los gatos techeros.
Esta habitación no es mía
es amplia, vacía y fría,
hay espacio para dos
y yo estoy sola,
cerrando cortinas,
abriendo las piernas
consolándome
dulce y fríamente.
Me refugio después de todo,
más allá de todo,
más fuerte que todo,
cada noche y cada día,
cada minuto
más allá de los 20 años
y para siempre.

*Flor de Lis o Amarilis, cuyo nombre real es Lisbeth Huamán, es estudiante de la Universidad Nacional de Piura y ha publicado hasta la fecha una plaqueta y publica en distintos espacios cibernéticos de literatura. Los tres poemas han sido extraído de la plaqueta "No esperes setiembre para florecer"

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